La nueva revolución en el país del Nilo

Egipto pone a un economista para gobernar la transición

Islamistas de Malasia se manifiestan en su país en apoyo a Mursi, ayer.

Islamistas de Malasia se manifiestan en su país en apoyo a Mursi, ayer.

ANA ALBA

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El economista liberal Hazem al Beblaui ha sido finalmente el hombre elegido por el presidente interino de Egipto, Adli Mansur, para dirigir el Gobierno durante un periodo de transición que el Ejército conminó ayer a todos los egipcios a respetar. El nombramiento llegó tras varios intentos fallidos, sobre todo por el rechazo de la principal formación salafista, Al Nur. El Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, uno de los candidatos vetados inicialmente, fue en cambio elegido vicepresidente para Asuntos Exteriores, según un decreto emitido por la presidencia.

Los dos nombramientos llegaron tras la polémica declaración constitucional promulgada el día anterior por Mansur, que delimita la hoja de ruta para la transición, y que ayer mismo recibió el rechazo de buena parte de los grupos políticos, con los Hermanos Musulmanes al frente. El vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad, Esam el Arian, dejó clara su oposición en un mensaje en su página de Facebook: «Un decreto constitucional ordenado por un hombre nombrado por los golpistas devuelve al país a la casilla de salida», escribió. Por su parte, el movimiento juvenil Tamarrud (Rebelión), que inspiró las protestas contra el depuesto Mohamed Mursi, criticó el texto por no haber sido consultado de antemano.

Ante el firme rechazo de los dos extremos del espectro político egipcio, el Ejército no dudó en emitir ayer un amenazador comunicado instando a todos los egipcios a cumplir con la declaración de Mansur, ya que «garantiza el proceso hacia la democracia», señaló. En un mensaje a la nación a través de la televisión estatal, las Fuerzas Armadas declararon que no desean que «nadie rebase el límite de lo aceptable en este momento, o que se salga del camino traspasando los límites de la seguridad y la paz por razones de egoísmo o fanatismo».

REFORMA EN 15 DÍAS/ En la noche del lunes, el Gobierno interino de Egipto había revelado los primeros pasos de la transición política. Las autoridades anunciaron que se reformará en 15 días la actual Constitución -suspendida por los militares-, se someterá a referendo posteriormente y después, a principios del 2014, se celebrarán elecciones parlamentarias y presidenciales. Los comicios para elegir el Parlamento se llevarán a cabo primero, a pesar de que los opositores al depuesto presidente Mursi exigían lo contrario.

La declaración de Mansur, que consta de 33 artículos, concede al presidente y a su Gobierno todo el poder legislativo y estipula que un comité de expertos designado por el primer ministro tendrá que redactar las enmiendas a la Constitución. El texto de la Carta Magna pasará luego a otro comité integrado por 50 personalidades de la sociedad civil, que deberá darle luz verde antes de que sea sometido a referendo al cabo de cuatro meses. Unos 60 días después, se celebrarán las elecciones parlamentarias -según los planes trazados, serían a comienzos del 2014-, y una vez se haya reunido el nuevo Parlamento, la nueva Cámara tendrá una semana para convocar las elecciones presidenciales

PROTESTA ISLAMISTA/ Las medidas anunciadas por el Gobierno egipcio para calmar la situación no parecían ayer suficientes, sin embargo, para conseguir que las aguas volvieran a su cauce. Ahmad Abu-Barakah, consejero legal del PLJ, calificó el decreto de Mansur de «inválido e ilegítimo», y el portavoz de los Hermanos Musulmanes Gehad el-Haddad indicó que las protestas de los islamistas contra las nuevas medidas políticas se extenderían por todo el país. Los islamistas defienden que este período de transición ya se vivió después de que la revolución de enero del 2011 derrocara al anterior jefe de Estado, Hosni Mubarak. En cambio, en esta ocasión el perfil tecnócrata y menos significado y polémico del nombrado primer ministro Beblaui convenció a los salafistas de Al Nur, según explicó el secretario de la formación en Alejandría, Tarek Hasan.

Por otra parte, Rusia subrayó ayer la necesidad de que Egipto consiga llevar a cabo una transición pacífica, según afirmó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. «Apoyamos cualquier esfuerzo dirigido a poner fin a las manifestaciones de violencia y a la confrontación», manifestó Lavrov. Rusia, que vende cereales a Egipto, intenta reforzar su influencia en Oriente Próximo.