CRISIS EN GRECIA

«Ganamos una batalla, no la guerra», dice Tsipras

El líder de Syriza alerta de que «lo más difícil empieza ahora»

Un músico callejero en Atenas, frente a un grafiti de apoyo a Tsipras, ayer.

Un músico callejero en Atenas, frente a un grafiti de apoyo a Tsipras, ayer.

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Al pueblo griego parece bastarle que su Gobierno se haya plantado ante Europa. A pesar de que el resultado que le ha dado a Atenas el órdago inicial queda, por el momento, lejos de las promesas electorales. «Hemos ganado una batalla, pero no la guerra», aseguró este sábado el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, en un mensaje televisado a la nación. «Lo difícil empieza ahora», agregó Tsipras, quien calificó el pulso con la Unión Europea de «negociación exitosa».

El éxito es que, si para el lunes Grecia logra presentar un plan aceptable para los socios europeos y «las autoridades» (como se desprende de la declaración de Bruselas que han dado ahora en llamar a la denostada troika), Atenas contará con cuatro meses más de programa de rescate (ahora llamado «ampliación», a secas). Estos cuatro meses servirían para que Grecia no se quede con telarañas en las arcas y que puedan negociar con más margen las condiciones de las futuras ayudas europeas.

¿Qué ha sacado Grecia de todo esto? Algo de tiempo para elegir sus propias reformas económicas (el acuerdo viene acompañado de «condiciones»), pero ni hablar de austeridad, a no ser que sea para decir que la han saltado con pértiga. Según Tsipras, el acuerdo logrado «deja atrás la austeridad y los memorandos» y sirve para establecer una negociación que lleve «al crecimiento, al empleo y a un futuro europeo».

No solo eso, sino que «acaba con las reducciones salariales, de pensiones, los despidos en el sector publico y el aumento del IVA en alimentos y medicinas». En suma, Tsipras señaló que Grecia hizo «fracasar el plan de las ciegas fuerzas conservadoras de dentro y fuera para asfixiar al país», al tiempo que demostró que «Europa es un espacio para la negociación y los compromisos beneficiosos para ambas partes, y no uno de exterminación, sumisión y castigo».

SALIDA DE MIL MILLONES

Y aunque los griegos se han mostrado mayoritariamente entusiasmados con la actitud del nuevo gobierno izquierdista de Syriza de recuperar la dignidad perdida, no todos ponían la mano en el fuego por un acuerdo satisfactorio. Alrededor de 1.000 millones de euros salieron de los bancos griegos este viernes, según fuentes bancarias citadas por Reuters.

Para el ministro estrella del Ejecutivo heleno, el titular de Finanzas, Yanis Varoufakis, esto se debe a que «incluso antes de ser elegidos, se les decía a los griegos que si Syriza llegaba al poder, los cajeros automáticos dejarían de funcionar». El acuerdo alcanzado «pone fin a ese miedo», incluido el de la salida del euro y la vuelta a una moneda exclusivamente griega.

Alemania, el más duro de los negociadores, ha tratado de cuadrar a las autoridades helenas. «Estar en el Gobierno es una cita con la realidad, y la realidad es a menudo mucho menos hermosa que los sueños», disparó el ministro teutón de Finanzas, Wolfgang Schäuble. «Grecia por fin se ha dado cuenta de que no puede cerrar los ojos ante la realidad», añadió su compatriota Volker Kauder, líder de los conservadores de la cancillera Angela Merkel en el Parlamento. El propio Bundestag, según la versión de Kauder, podría dar la luz verde a la ampliación del rescate heleno. «Los griegos tienen que hacer los deberes ahora; entonces, el programa de ayuda puede ser aprobado por la cámara alemana».

Todo esto, en cualquier caso, a condición de que se presenten una serie de reformas y dependiendo de estas. Así, mientras en Bruselas el fin de semana se presenta más relajado, en Atenas los despachos gubernamentales están que echan humo para llegar a presentar mañana sus reformas. Varufakis ha prometido «trabajar día y noche». El tiempo -de nuevo- vuelve a agotarse.