Así fue el 'pizzagate: la noticia falsa que estuvo a punto de acabar en masacre

Un hombre armado fue detenido en Washington cuando entró en un local para 'investigar' una trama de pedofilia difundida por webs conspiranoicas

People walk on the sidewalk past the Comet Ping Pong pizza restaurant in Washington

People walk on the sidewalk past the Comet Ping Pong pizza restaurant in Washington / JE/gk/HD

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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La historia es tremendamente rocambolesca, pero revela hasta qué punto están calando las noticias falsas y la influencia tóxica que pueden ejercer sobre las mentes más proclives a las teorías conspiratorias, una especie que abunda en Estados Unidos y que con Donald Trump ocupará posiciones de liderazgo en la Casa Blanca.

El domingo pasado, un padre de dos hijos, bombero voluntario, condujo desde Carolina del Norte hasta la capital del país para “investigar” personalmente el llamado 'Pizzagate'. Armado con un rifle de asalto, entró en la pizzería Comet Ping Pong de uno de los barrios más acomodados de Washington y se puso a buscar pasadizos, cámaras subterráneas y señales satánicas. Pensaba que dentro había niños secuestrados y explotados sexualmente, una red de pederastia dirigida por el jefe de la campaña de Hillary Clinton.

Cualquier puede crear estos días noticias falsas. Basta recurrir a los programas que aparecen en los buscadores de internet. En apenas cinco minutos la noticia, debidamente maquetada, está colgada en las redes sociales. Pero esta vez todo empezó con un rumor en Twitter, según una investigación del Washington Post.

CLINTON, EN EL PUNTO DE MIRA

Dos días después de que el FBI decidiera reabrir las pesquisas contra Clinton por el asunto de sus emails, apareció un tuit que decía: “Todo apunta a una red de pedofilia y Hillary Clinton está en el centro”. El bulo se extendió por varios foros de la derecha alternativa como 4chan y webs como Reddit hasta que lo recogió el mayor propagandista de las conspiraciones en EE UU, el locutor radiofónico Alex Jones, el mismo que dijo que la matanza de niños en la escuela de Sandy Hook había sido un montaje falso del gobierno o que la Administración Obama pretendía meter a los ‘patriotas’ en campos de concentración.

“Cuando pienso sobre los niños que Clinton ha asesinado personalmente, troceándolos y violándolos, pierdo todo el miedo para enfrentarme a ella”, dijo en un vídeo colgado en Youtube y reproducido en casi medio millón de ocasiones. Jones sostuvo que la exsecretaria de Estado estaba envuelta en una red de pedofilia y que su jefe de campaña, John Podesta, tenía debilidad por los rituales satánicos. En contra de lo que podría parecer, el locutor no es un apestado. Trump le concedió durante la campaña varias entrevistas y llegó a a decir que tiene “una increíble reputación”.

A la conspiración le faltaban algunos cabos para acabar de tomar forma y esos salieron de los emails de Podesta publicados por Wikileaks. De ahí se extraía, que el veterano lobista y estratega demócrata comía ocasionalmente en la pizzería. Pero había otro elemento. Cuando el establecimiento abrió hace una década, un burócrata del Distrito de Columbia se opuso a que pusiera mesas en la terraza, arguyendo que podían dar pie a “violaciones y asesinatos” en un barrio libre de crimen. La paranoia ya estaba completa y el ’pizzagate’ se convirtió en trending topic. El teléfono empezó a sonar con llamadas inquietantes y amenazadoras y hasta algunos asesores de Trump, como Michael Flynn Jr, el hijo del militar que ha elegido para ser su asesor de seguridad nacional, propagaron la historia.

Y así hasta el pasado domingo, cuando Edgar Welch, el bombero de 28 años de Carolina del Norte, se presentó en el local frecuentado por numerosas familias de Washington para desenmascarar la ‘trama’ con su fusil semiautomático. Welch disparó varias balas sin herir a nadie y acabó siendo detenido por la policía. “Quería hacer el bien, pero no salió bien”, dijo después de ser arrestado al New York Times. “La inteligencia no era correcta del todo”. Poco después Michael Flynn Jr tuiteó: “Hasta que se demuestre que el pizzagate es falso, seguirá siendo una noticia. La izquierda parece olvidar los emails de Podesta y las muchas ‘coincidencias’ que muestran”. Ante la indignación que sus palabras despertaron, la campaña de Trump optó por despedirlo. No lo hizo porque estuviera abochornada por sus alegaciones, sino porque desvía la atención de la labor del equipo de transición de Trump