Comer desnudo en Londres

Con o sin ropa. Un nuevo restaurante en el centro de Londres, el Bunyadi, ofrece a los clientes la posibilidad de “experimentar una auténtica liberación” y sentarse a la mesa completamente desnudo, si así lo desean.

El primer restaurante nudista en la capital británica abrirá sus puertas por un periodo de tres meses el próximo mes de junio aprovechando la temporada estival. Con capacidad para apenas 42 cubiertos, sólo 3.000 comensales podrán ser atendidos, aunque la lista de espera supera ya las 27.000 peticiones de reserva.

Buyundi es un término hindú, que significa “básico”, “natural”, “fundamental”. Eso es según sus promotores lo que pretenden hacer, liberando a sus clientes de “las trampas de un mundo industrializado”.

Los que coman en el restaurante tendrán la opción de conservar la ropa o pasar a una sección especial nudista. A su llegada serán conducidos a un vestuario, donde podrán cambiarse y dejar sus prendas en un casillero bajo llave.

Después recibirán una bata, que se podrán quitar una vez en la mesa, que estará separada, como el resto de las de la sala, por biombos de bambú. La iluminación con velas y los muebles rústicos de madera, servirán para crear un ambiente íntimo y discreto. En el Buyandi están descartados los móviles y por supuesto las cámaras de fotos.

COMENSALES PICANTES

El menú compuesto de productos naturales y locales contará con especialidades como la carne a la parrilla y opciones vegetarianas. El picante quizás lo pongan los comensales. Todo será cocinado en fuego de leña y en utensilios de barro hechos a mano.

“Creemos que la gente debe tener la posibilidad de disfrutar la experiencia de una noche sin impurezas: sin productos químicos, colores artificiales, electricidad, gas o teléfono”, ha declarado Seb Lyall, fundador de la compañía Lollipop, detrás del nuevo invento.

El coste estará en torno a los 75 euros por persona. La misma compañía posee un popular bar de cócteles en Londres, el ABQ, inspirado en la serie de televisión 'Breaking Bad', pero reconocen que el restaurante nudista “es nuestro proyecto más arriesgado”.