CONSECUENCIAS INTERNAS DEL CONFLICTO

Abbás se debilita

La guerra de Gaza ha puesto en cuestión al dirigente palestino por su silencio ante las matanzas y su sumisión ante Europa y a EUUU

Mahmud Abbás, en El Cairo, en julio pasado.

Mahmud Abbás, en El Cairo, en julio pasado.

EUGENI GARCIA GASCÓN
JERUSALÉN

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La posición del presidente Mahmud Abbás se ha debilitado sensiblemente y ha experimentado algunos cambios a raíz de la guerra de Gaza, aunque según sus detractores se trata de unos cambios puramente cosméticos con los que pretende no distanciarse demasiado del sentir de su pueblo, especialmente en Cisjordania, que es donde ejerce realmente su autoridad.

Las protestas que han tenido lugar en Cisjordania desde el 8 de julio reflejan el malestar general que ha suscitado la matanza de civiles de las últimas tres semanas, un malestar atizado por las imágenes que a diario transmiten las televisiones, tanto desde los hospitales adonde continuamente llegan ambulancias con niños y mujeres heridos o muertos, como desde los lugares donde las bombas han borrado a familias enteras.

Desencuentro

Los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tratan de contener el desencuentro entre Abbás y su pueblo aunque algunos indican fuera del micrófono que la guerra de Gaza ha zarandeado la estabilidad del presidente. Las críticas a los estadounidenses y europeos son mayores en su entorno y existe el sentimiento de que nada será igual.

«Sí, los europeos van a celebrar en septiembre una conferencia internacional para la reconstrucción de Gaza, y le dirán a Abbás: 'Vamos a entregarte a ti todo el dinero de la reconstrucción y así reforzaremos tu posición', pero ¿para qué quieren reforzar la posición de Abbás si luego no hacen nada para acabar con la ocupación? La posición de europeos y norteamericanos es muy cínica», se lamentan en el entorno del presidente.

Personas cercanas al presidente subrayan que Abbás ha hecho durante la última década absolutamente todo lo que le han pedido los estadounidenses y los europeos, pero a cambio no ha recibido nada. A los 79 años de edad su carrera política se aproxima a su fin pero el legado que dejará a sus sucesores será una consolidación de la ocupación israelí y una sociedad dividida y probablemente desarticulada.

«Palestina podía haber recurrido al Tribunal Internacional de Justicia puesto que en Gaza se están cometiendo crímenes de guerra, pero no lo hará, y esta guerra no servirá de nada», insisten con

desánimo en esos círculos.

Abbás ha mantenido Cisjordania bajo un férreo control durante una década, deteniendo a cualquiera que se significara a favor de Hamás. Cisjordania es una burbuja artificial financiada por los europeos y con unos servicios de seguridad entrenados por la CIA. Los palestinos de a pie lo saben, pero muchos piensan que esta situación no podrá continuar si no se llega a un acuerdo de paz, algo que ahora mismo no se vislumbra.

«Abbás pensaba que podría ponerse fin al bloqueo israelí de Gaza con una negociación, pero la realidad ha demostrado lo contrario. Si Hamás acaba ahora con el bloqueo de Gaza mediante las armas, la situación de Abbás se debilitará aún más», se comenta en Ramala.