una tendencia al alza

Calidad a domicilio

Los restaurantes de renombre comienzan a entrar en el negocio de la comida a domicilio a través de empresas especializadas en el reparto

Un repartidor de Deliveroo recoge un pedido en La Taverna del Suculent.

Un repartidor de Deliveroo recoge un pedido en La Taverna del Suculent.

FERRAN IMEDIO / BARCELONA

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La imagen del repartidor de pizzas de dudosa calidad comienza a difuminarse. Y no porque haya desaparecido de las grandes ciudades, sino porque los restaurantes de calidad han comenzado a jugar en la liga del reparto a domicilio a través de empresas especializadas. La última en llegar, hace apenas unas semanas, es Deliveroo, que se quiere centrar solo en establecimientos de referencia a los que audita continuamente para garantizar un servicio de calidad. Pero ya estaban antes, desde hace unos cinco años, DeliverumJust EatLa Nevera RojaTake it easyRestoinPide y come... La mayoría, además de gestionar el trámite del pedido, ponen un repartidor al restaurante si este no tiene flota propia.

Comienzan a ser bastantes los establecimientos de renombre que se han apuntado a este fenómeno, ya que pueden ahorrarse la flota de repartidores y ganar dinero sirviendo a clientes que no están en la sala a cambio de una comisión que se lleva la empresa repartidora. ¿Nombres? La Taverna del Suculent, L'Eggs, La Royale, Àpat, Atapa-it, Ceviche 103, Doble Zer00, Can Lluís, Farga Diagonal, Piazze d'Italia, Sergi de Meià, Barcelona-Milano, Cal Pintxo Platja, Watatsumi, My Pillow Restaurant, The Market Perú, La Cuina de l'Uribôu, The Market Perú, El Pati de Sarrià, Barraval...

EUROPA, PRIMERO

Como suele suceder, España llega tarde respecto a otros países europeos, donde este tipo de reparto a domicilio está más consolidado, acaso también porque son de salir menos que aquí. Deliveroo, por ejemplo, trabaja en 50 ciudades de 12 países.

Pero ha sido la tecnología el elemento definitivo para el despegue de este tipo de servicio, porque ya existía la cultura del reparto a domicilio con los motopizzeros, algo lógico porque antes la rentabilidad pasaba por la cantidad de pedidos que se podían entregar. «Ahora todo es más sencillo y está mejor organizado», destaca Íñigo Amorebieta, consejero delegado de La Nevera Roja. El cliente puede encontrar el restaurante que más le interesa a través de internet o una app que le pueden geolocalizar, la empresa de reparto manda el pedido al local a través de un 'software' propio y lo demás es lo de siempre: cocinar y entregar en un plazo que raramente supera la media hora de espera.

Eso sí, a cambio de trabajar en un radio de acción limitado. Difícilmente alguien que viva en la zona alta de Barcelona será atendido por un restaurante que esté en el Poblenou. «Lo ideal es que los trayectos no superen los 7 minutos para que la comida no pierda calidad», comenta Diana Morato, CEO de Deliveroo, que cuenta con una flota mayoritariamente formada por ciclistas (hay también motoristas) para tener una mejor organización y calidad.

SOBREPRECIO DE HASTA 3,5 EUROS

El siguiente paso es el más complicado: el reparto a domicilio de platos con estrellas Michelin. «Es muy difícil porque las creaciones se deben servir de una manera determinada, ya sea por las temperaturas a las que deben llegar a la mesa o por la presentación, en la que tiene que intervenir a menudo el camarero», explica Andreu Ferrer, de Deliverum, que explica que las propuestas gastronómicas asiáticas (japonesas y tailandesas) son las que más éxito tienen.

Pedir este tipo de comida conlleva un sobreprecio que no suele superar los 3,5 euros por el reparto. «Pero te ahorras dinero si vas por ahí a comer o a cenar. Ya no solo por la comodidad de no salir de casa, sino porque no pagas gasolina, ni parking ni transporte público, te ahorras el canguro, y seguramente los vinos y los cafés», valora Ferrer.