Un buen 'examen' para alumnos de hostelería

Una estudiante del CETT sirve una bandeja con platillos, el año pasado.

Una estudiante del CETT sirve una bandeja con platillos, el año pasado.

F. I.
BARCELONA

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A menudo se olvida que un buen servicio es decisivo para que la experiencia gastronómica sea completa. Y eso se tiene en cuenta en la cena del Català de l'Any, donde brillan los cocineros y sus platos, bien maridados con las bebidas, y donde pasan desapercibidos (esa es su gran virtud) los trabajadores de sala, que se mueven en una coreografía sigilosa tan complicada de ejecutar aunque parezca sencilla. Esa tarea se pone en manos de los mejores estudiantes de hostelería del CETT, que se foguean en una cita de altos vuelos, acaso la más multitudinaria y prestigiosa del año en Catalunya, y la más exigente para estos jóvenes talentos. Serán 15 alumnos de cocina y 25 de sala, que tendrán el apoyo de cuatro profesores. «Es una experiencia muy enriquecedora no solo para los chicos, sino también para los profesores porque el nivel de la cita es altísimo», valora Vinyet Capdet, jefa de estudios del CETT.