Jared Brown : «Es difícil hacer ginebra clásica»

-Comenzó muy joven. ¡El alcohol está prohibido a los menores de edad!

-Un amigo de mi madre me introdujo en el mundo del vino a los 6 años; quería aprender, oler, no beber. Y, con 10, probé lo que leí en un libro sobre colonizadores de América que congelaban la sidra y retiraban el hielo para concentrar el alcohol.

-Ahora triunfa con la ginebra de culto que ha creado: Sipsmith.

-Conocí a los que iban a ser mis compañeros en una fiesta en el 2007, Sam Galsworthy y Fairfax Hall, y al día siguiente ya estábamos trabajando en lo que iba a ser Sipsmith. Teníamos las ideas muy claras.

-¿Cómo eran esas ideas? Usted es el maestro destilador...

-Buscábamos una típica London dry gin, muy clásica. Tenía una ventaja: al ser historiador de bebidas, sabía cómo era una auténtica ginebra. Huele y sabe a enebro, a especias. Tiene éxito porque en Londres la gente quiere tradición y autenticidad. Es muy fácil hacer una ginebra nueva y diferente, pero más difícil es hacer bien una buena ginebra clásica.

-¿Cuántos libros de bebidas tiene?

-Más de 1.200 libros. Y he escrito 38 con mi mujer, Anistatia Miller.

-Pues le diría que hay más ginebras que libros sobre ginebras. ¿No le parece una locura tanta oferta?

-Me hace muy feliz ver tantas. Pero hay firmas que venden muy bien sin importarles lo que haya en la botella. Yo, como no soy buen vendedor, tengo que ser un buen productor.

-Al menos, la ginebra vuelve a cobrar protagonismo.

-Claro. Incluso hay destilerías que te hacen una a medida en un mes. Pero me encanta tanta atención sobre la ginebra; había caído en el olvido.

-¿Qué es mejor para usted? ¿Elaborar una ginebra o beberla?

-Le diría que beberla, pero es que disfruto elaborándola. Y como mientras la elaboro la voy bebiendo...