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Amal Clooney contra el imperio británico

La abogada asesora a Grecia sobre el retorno de los mármoles del Partenón

Amal Alamuddin Clooney, ayer en Atenas, en el despacho del ministro griego de Cultura Konstantinos Tasoulas.

Amal Alamuddin Clooney, ayer en Atenas, en el despacho del ministro griego de Cultura Konstantinos Tasoulas.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Es la nueva reina de Hollywood, sin haber hecho jamás una película. Amal Alamauddin, señora de Clooney, acapara nuevamente las portadas de la prensa internacional. Tres semanas después de su fastuosa boda con quien ha roto millones de corazones, la flamante recién casada ha cambiado el traje de novia por la toga y las góndolas de Venecia por el Partenón de Atenas. Cámaras, focos y una hilera de reporteros y paparazis la esperaban la noche del lunes, a su llegada a la capital griega, donde permanecerá tres días. La abogada británico-libanesa está aconsejando a las autoridades helenas sobre las vías para reclamar ante el Tribunal Internacional de Justicia, los mármoles de Elgin, que fueron enviados al Reino Unido a principios del siglo XIX. «Es un honor para mí el haber sido invitada por el gobierno a celebrar una serie de reuniones esta semana», declaró con su habitual sonrisa, poco después de aterrizar. «Gracias por esta acogida tan calurosa», añadió la mediática letrada.

Amal Alamauddin Clooney viaja acompañada por otros dos reconocidos abogados, el australiano Geoffrey Robertson y el británico Norman Palmer, con mucha más experiencia profesional. Robertson reclamó en el 2007 con éxito el retorno de objetos de los aborígenes de Tasmania, que estaban en el Museo de Historia Natural de Londres. El trío se entrevistó el martes con el ministro de cultura, Konstantinos Tasoulas y el miércoles lo hará con el primer ministro, Antonis Samaras, con quien celebrarán una conferencia de prensa que se anuncia multitudinaria.

La petición de que se restituyan esculturas, inscripciones y otros tesoros arquitectónicos del Partenón, con 2.500 años de antigüedad, guardados actualmente en el Museo Británico, no es nueva. Los griegos han venido reivindicando el retorno de lo que consideran suyo desde 1982, aunque Grecia nunca ha decidido llevar el caso ante la justicia internacional. Ahora la esposa de Georges Clooney ha entrado en escena poniendo glamur a una causa, que también cuenta con el apoyo de sufamoso marido.

A principios de este año, durante la promoción del film, Monuments Men, sobre el saqueo de obras de arte llevado a cabo por los nazis, el actor se refirió al caso de los mármoles griegos. «Devolverlos sería lo justo, algo estupendo, lo apropiado», le respondió a un periodista que se interesó por el asunto. La que ya entonces era su novia había colaborado en el 2011 en la redacción de un informe sobre las obras, cuando el despacho de abogados para el que trabajaba, Doughty Street Chambers, se hizo cargo de la posible reclamación legal.

Los titulares de la prensa británica son elocuentes. Hollywood entra en la batalla por los mármoles del Partenón, decía The GuardianLa señora Clooney ha puesto sus ojos en los mármoles de Elgin, afirmaba The Times, añadiendo que no solo «nos ha quitado el hombre más guapo, sino que nos quiere robar los mármoles».

Las autoridades griegas han pedido al Foreign Office la apertura de un diálogo, para solucionar el conflicto con la mediación de la UNESCO. De rechazar la oferta el asunto podría acabar en el Tribunal de la Haya, con Amal de asesora.