CON SOLO 4 AÑOS EN PRIMERA
Así ha sido el asombroso camino que ha llevado al Girona a la Champions
Inmortal Girona, ruinoso Xavi
Entrevista a Míchel: "Es de lo locos lo que hemos logrado y, sobre todo, cómo lo hemos logrado"
Entrevista a Quique Cárcel, director deportivo del Girona: "El dolor de aquellos traumas nos ha hecho llegar hasta aquí"
Marcos López
Periodista
Nada es casual. Era (y es) un club antiguo, con historia, pero poco peso. Poco en su ciudad, el fútbol fue importante en Girona, pero no lo más importante, y menos a finales del siglo pasado, eclipsado como estaba por el baloncesto. Poco en Catalunya. Y menos aún en España. Ahora, en cambio, el equipo de Míchel llega por la puerta grande a la zona más exclusiva de Europa: la Champions, cuyo himno ya sonó en su estadio tras vapulear al Barça de Xavi (4-2).
Fundado en 1930 y sin casa propia desde 1984 -Montilivi era suyo pero lo debió vender por las deudas al Ayuntamiento-, el club transitaba hacia arenas movedizas cuando se movía por la Segunda B, amenazado por gravísimos problemas económicos.
Del concurso de acreedores (2013) a la gloria (2024)
Arrastrado, además, a un concurso de acreedores por el Juzgado mercantil de la ciudad que le asomaba al precipicio de la desaparición. Tampoco hace tanto. Sucedía en aquel verano de 2013 en que el Girona SAD era incapaz de asumir los 2,3 millones que debía pagar entonces a la Agencia Tributaria.
Ahora, en Montilivi, habita un club que ha construido un asombroso proyecto deportivo a la velocidad de la luz. En tiempo récord ha quemado etapas que eran inalcanzables. Parecían utópicas.
Apenas cuatro años en Primera (subió en 2017, bajó en 2019; volvió a subir en 2022) y ya es equipo de Champions, superando todas las previsiones para una entidad que resume ahora la esencia del fútbol moderno.
Tiene tres dueños: el 47,9% pertenece al City Football Group, que lidera Ferran Soriano desde Manchester, el 35% a Marcelo Clauré, un empresario boliviano que estuvo en la creación y fundación del Inter Miami, y Pere Guardiola, que posee ahora el 15,9% quedando el 1.2% restante en pequeños accionistas.
El Girona va tan rápido que deja desfasada cualquier previsión, al punto de que su estadio, construido en 1970 y descuidado durante décadas porque el fútbol no interesaba a nadie en la ciudad, con apenas 2.000 o 3.000 espectadores en sus viejas gradas, no resiste su descomunal crecimiento.
Reducir el aforo de Montilivi
No soporta su nueva dimensión deportiva -la UEFA no permite gradas supletorias, por lo que el aforo actual de 14.624 espectadores se verá drásticamente reducido- ni tampoco puede digerir el impacto social que ha provocado. El club tiene 13.000 socios y 9.700 abonados -cifra también récord- que no tendrán, por lo tanto, cabida en su casa en la próxima Liga de Campeones.
Todo ha ido tan y tan deprisa como hace el equipo de Míchel viajar el balón por el césped. Por historia (apenas tiene) no tendría que estar ahí. Ni por dinero. Es, con 59,6 millones de euros, uno de los presupuestos más bajos de Primera equiparable, por ejemplo, al de Mallorca (59, 4) y Getafe (59,2).
Por seguimiento social, tampoco. Hay 19 equipos en la Liga que tienen mayor números de socios que el Girona. Y Montilivi es el hogar más pequeño del campeonato, pero el fútbol que se ha visto lo ha llevado hasta la elite europea, transformado en un fenómeno que trasciende fronteras.
Va mucho más allá porque su juego, moderno, sofisticado y atrevido (lleva 73 goles, tres más que el Barça y solo uno menos que el Madrid) ha ido quebrando desafíos que le iba trasladando su entrenador. Al inicio, Míchel pidió evitar el descenso. Prueba más que superada a mitad de temporada.
Temporada récord
Al acabar la primera vuelta, el Girona era segundo en la Liga, con 48 puntos, los mismos que el entonces líder (Madrid). Luego, el técnico reclamó superar el registro de 51 puntos obtenido por el Girona de Machín (temporada 2017-18) cuando terminó en décimo lugar. Lo hicieron los jugadores en la jornada 21 (con 17 aún en juego) sumando 52 puntos. Después, fijó el entrenador la mirada en Europa. Objetivo liquidado tras ganar al Cádiz en Montilivi (4-1) quedando entonces seis jornadas para acabar la Liga.
Ahora, la Champions premia a un equipo que se recita casi de memoria con Gazzaniga en la portería, escoltado en la defensa por Eric García/Yan Couto, David López, Blind, Miguel, teniendo a Aleix García, Iván Martín y Yangel Herrera sus referentes en el centro del campo fiando toda su producción defensiva a Tsygankov, Dovbyk y Savinho.
Proyecto 'low cost'
Un equipo que sintetiza, al mismo tiempo, la coherencia del proyecto construido por Quique Cárcel, el director deportivo, que lleva en Montilivi desde 2014. Un proyecto ‘low cost’ porque invirtió este verano 22,25 millones de euros en cinco fichajes (Dovbyk, Solís, Yangel Herrera, Iván Martín y Portu) reuniendo talento a coste cero en otros cinco jugadores más: Blind, Gazzaniga y los tres cedidos (Savinho, Eric García y Pablo Torre).
Por Vitor Roque, un delantero que ni usa, el Barça invirtió este invierno 30 millones más 31 en variables. Y el Girona, además, supo vender a Santi Bueno (Wolverhampton), Oriol Romeu (Barça) y Ramon Terrats (Villarreal) por 17,9 millones además de perder a ‘Taty’ Castellanos, su máximo goleador del pasado curso, con 14 tantos, porque el New York City lo vendió al Lazio.
El Girona reforzó el equipo en verano con 10 jugadores nuevos y solo invirtió 22,25 millones de euros. Vendió a tres futbolistas por 17,9 millones
O sea, Cárcel, el hilo conductor que ha tejido en la última década una de las mayores revoluciones del fútbol español, comparable a la gesta del Villarreal o del ‘SúperDepor’ de Lendoiro, hizo números y este Girona, que ha dignificado el trabajo metódico y riguroso de Míchel, le sale por 4,3 millones.
Así se ha construido el equipo que ingresará la próxima temporada en la aristocracia del fútbol europeo. Una mirada empresarial y paciente -sostuvo "la propiedad", como se conoce en Montilivi a los dueños, al técnico cuando estaba más cerca del descenso a Primera RFEF- junto al sentido común ‘carceliano’ para encontrar joyas perdidas en el camino.
Joyas jóvenes como Savinho (cedido por el City), erigido en una de las sensaciones de la Liga, o desconocidas tipo Dovbyk (20 goles), el Pichichi del campeonato que solo le costó 7,75 millones, fusionado todo en la capital figura de Míchel. El entrenador que colocó al Girona en el centro, como él mismo ha reconocido, "del mapa mundial".
Los números de la Liga del Girona 23-24
Segundo clasificado
74 puntos. 23 victorias / 5 empates / 6 derrotas
44 puntos en Montilivi de 51 posibles (86 %)
30 puntos fuera de Montilivi de 51 posibles (59%)
73 goles marcados, segundo máximo realizador tras el Madrid (74).
20 goles de Dovbyk, Pichichi del campeonato
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