OBRA BIOGRÁFICA

Intuir no es improvisar

Un libro sobre Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell, explica su trayectoria de éxito

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JOSEP-MARIA URETA / BARCELONA

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Para afrontar la lectura de Josep Oliu, el banquero estratega (La esfera de los libros) que ha escrito la periodista Raquel Lander, es recomendable tener muy presente la advertencia de la autora de que Oliu, presidente del Banc Sabadell, es un banquero de éxito por sus resultados, pero su historia no es equiparable a otras.

El Banc Sabadell es hoy uno de los bancos españoles mejor reforzados tras la crisis desatada en el 2007. Lander, de buen oficio en la crónica financiera española (Expansión, Actualidad Económica), ha sabido tejer un buen repostero administrando tres fuentes: los colaboradores y compañeros de estudios de Oliu a partir de los años 70, las explicaciones del protagonista y el archivo periodístico. Con todo, no estamos ante una biografía al uso ni mucho menos una hagiografía (el protagonista nunca se habría prestado).

Una de las amigas de Oliu desde la época en que estudiaron en Minnesota (EEUU), Paulina Beato, sintetiza: «Tiene inteligencia, capacidad de trabajo y ganas de disfrutar de la vida»Un dato relevante acerca de aquellos primeros españoles que se doctoraron en las mejores universidades norteamericanas (1974-1980) y protagonizaron la transformación del modelo económico español, público y privado. Oliu entre ellos.

Es a lo que dedica Lander su primera parte del libro (muchas frases entrecomilladas dan cuenta de la amplia recogida de datos entre decenas de personas relevantes como Mas-Colell, Solchaga, Roca, Pastor, Todó, Zabalza, Cuervo...).

En ese ambiente a medio camino entre la universidad -Oliu es ante todo, rigor académico- y la gestión pública se conoce a un Oliu respetado por sus colegas pero alejado del cliché de quien está destinado a ser banquero por ser oficio de familia. Los entresijos que narra Lander de cómo Oliu decide a finales de los años 80 regresar a Sabadell, donde nació en 1949, confirman la singular personalidad del presidente del Banc Sabadell: intuye lo que quiere, no improvisa cómo obtenerlo.

Una anécdota, hoy jugosa, lo refleja: cuando en 1982 se planteó a Joan Oliu y Joan Corominas, rectores entonces del Sabadell absorber Banca Catalana, Pep Oliu, profesor de la Autònoma les desafió: si compraban, se incorporaba al banco. Visión de futuro (absorciones) y desparpajo. Fue que no y Pep se marchó a Madrid a reorganizar las empresas públicas españolas (antiguo INI).

TRES TABÚS

Lander, tras fijar el bagaje acumulado por Josep Oliu, dedica la segunda parte del libro a los desafíos de quien intuye pero no improvisa. Cuando llegó al Sabadell advirtieron a Pep de tres tabús: no adquirir bancos (precedente, Catalana), no tener inversiones industriales (así falleció buena parte de la banca española a principios de los 80) y no salir a bolsa. Oliu lo contempló como los jugadores de ajedrez que miran con respeto al adversario pero que, por su talento natural, tiene una docena de jugadas posteriores procesadas. Ello no le impide rectificar lo que haga falta y arriesgar cuando la prudencia aconseja lo contrario.

En estos capítulos, Lander -de escritura sencilla y eficaz, con más narración que análisis- elabora un buen repaso de la escalada del Banc Sabadell desde su posición mediana con tendencia y con riesgo de desaparición, a absorber 14 entidades en 14 años, salir a bolsa y abrir el capital a inversores extranjeros. Eso sí, con errores de gestión y gente sacrificada. La cronista no elude reseñarlo: desde la baja cotización bursátil (ya crónica), hasta los desencuentros con socios (La Caixa) y colaboradores (Juan Maria Nin). Un relato que la autora sabe sazonar, con las aficiones privadas y la relación familiar de los Oliu.