Gracias y hasta enero

Por si faltaba alguien por saberlo, hoy se celebra en Estados Unidos el Día de Acción de Gracias, por ser el último jueves de noviembre. Otro festivo tipo halloween que la hábil cultura de baja intensidad norteamericana ha colado en el imaginario de todo Occidente. Por lo tanto, ayer ya fue Wall Street la que marcó las preferencias de los inversores de  todo el mundo. Mañana se abre el periodo de compras navideñas bajo el nombre equívoco de viernes negro, el color de la tinta al que aspiran las cajas registradoras tras unas semanas apáticas. Para dejar los deberes hechos, los distintos emisores norteamericanos de indicadores de especial relevancia entre los operadores del mercado comunicaron sus últimos cálculos sobre la evolución de la economía de EEUU. Los del paro semanal cambiaban a tendencia negativa tras unos cuantos meses. Otros dos, calculados por universidades de prestigio tampoco eran esperanzadores: el de Michigan, que mide la confianza de los consumidores -y en estas fechas es muy sensible- registró descensos con relación a los meses anteriores. El de Chicago, que estudia la evolución del sector manufacturero, también indicó descensos respecto a lo que se esperaba. Mal augurio cara a final de año. Y más si se añade el anuncio del vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, de que la esperada compra de deuda pública por parte del banco emisor no se producirá, en el mejor de los casos, antes de enero del 2015. Se sabrá cuando se reúna el BCE el jueves próximo por última vez este año.

Las bolsas europeas optaron ayer por el relajo, salvo la alemana, cuyo índice Dax sigue subiendo (+1,4%). El Ibex 35 cedió el 0,49% y descendió hasta los 10.647 puntos.