CICLO DE CONFERENCIAS DEL CERCLE DE L'AIGUA

De burócratas a líderes

Cifras 8 Longo, durante su conferencia en la torre Agbar.

Cifras 8 Longo, durante su conferencia en la torre Agbar.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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¿Es demasiado grande el sector público? El secretario general de Esade y experto en Administraciones públicas, Francisco Longo, explicó que «no es un tema de músculo sino de cerebro», durante una conferencia en el marco del Cercle de l'Aigua, organizado por la Fundació Agbar. Y es que el sector público español, que no se destaca por ser de los que más plantilla por habitante tiene, sí está entre los de menor efectividad y productividad más baja. Por ejemplo, los empleados públicos trabajan menos horas a la semana que en cualquier otro país de la UE, dijo.

La Administración del siglo XXI requiere «más inteligencia, más flexibilidad y más capacidad», agregó. Como uno de los ejes de competitividad, esta debe transformarse y pasar «de encargarse de los trámites o la burocracia a liderar». Longo, presentado por el presidente de Agbar y de su fundación, Àngel Simón, dijo que ni la administración catalana ni la española han tomado esa vía. En Catalunya «hasta ahora solo se han visto recortes y no reformas», mientras que a escala del Gobierno central, además de recortes, se ha iniciado un proceso de recentralización, que «puede que resulte en una administración más pequeña, pero no mejor».

Los rasgos de la nueva Administración, según Longo, deben ser que sea ajena a interferencias políticas, que tenga gestión profesional, evaluación de resultados y mecanismos de gobernanza estables. «Los gerentes de los hospitales públicos aún se cambian al cambiar el gobierno», apunta durante una conversación con EL PERIÓDICO.

Profesionales más cualificados

A su entender, la clave radica en aumentar el peso de los profesionales de alta cualificación. Es preciso un sistema de «meritocracia flexible» y reformar la rigidez del estatuto del funcionario, que «nació para realizar funciones nucleares, que requerían imparcialidad, como la inspección financiera o la policía». Pero, al crecer la Administración, se ha extendido al resto de empleados que, más que imparcialidad deben garantizar eficacia.

Longo critica la uniformidad. «¿Quién querrá trabajar en la administración si los recortes de sueldos son al estilo Robin Hood», es decir, se reduce más al personal de más nivel, se pregunta. Y recuerda que los empleados públicos menos cualificados están «sobrerretribuidos» respecto a los trabajadores del sector privado, mientras que el personal cualificado, escaso y poco incentivado, está «infrarretribuido». Por ello aconseja externalizar tareas de poca cualificación y crear patronales públicas profesionales para lidiar con plantillas «hípersindicalizadas», que ahora negocian con políticos que rehuyen el conflicto «a cualquier precio».