HISTORIAS MÍNIMAS

Felnuti: pan a prueba de alergia

El primer espaldarazo de Alberto Puerta fue providencial, pero Álex Comajuan, de 30 años, es un emprendedor nato: también es socio de un taller de motos y tiene un proyecto de importación de material deportivo.

Felnuti, 'spin off' de la UAB, vende harina a creadores del pan sin gluten del futuro

El director de Felnuti, Álex Comajuan, ante el taller de motos del que también es socio.

El director de Felnuti, Álex Comajuan, ante el taller de motos del que también es socio. / JORDI COTRINA

EVA MELÚS / CERDANYOLA DEL VALLÈS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A menudo, el conocimiento generado en las universidades no encuentra la manera de llegar a la empresa. En otros, surgen iniciativas como Felnuti, una spin off de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) fundada en el 2008 a raíz de un acuerdo de transferencia de conocimiento y que se ha especializado en la distribución de harinas aptas para intolerantes. La Fundació Alícia seleccionó una de ellas para concebir un preparado que permite elaborar bizcochos sin gluten en el microondas en solo tres minutos y que Felnuti comercializa con la marca Celicake.

La empresa, que factura unos 150.000 euros al año, distribuye unas 20 toneladas de harinas anuales, una pequeña parte en Italia. Sus principales clientes son artesanos que están ideando el pan del futuro para los celiacos.

Uno de cada 100 europeos sabe con certeza que es celiaco. Pero además, algunos estudios apuntan que solo 10 de cada 100 personas tienen un diagnóstico que confirme si sus problemas de salud se deben a una intolerancia al gluten. No es extraño que el Centro Especial de Investigación Planta de Tecnología de los Alimentos (CERPTA) de la UAB lleve años concentrando esfuerzos en desarrollar harinas y productos para panificación aptos para celiacos, con características lo más parecidas posibles a los convencionales y a precios razonables. En España, los celiacos pagan siete veces más que el resto por el pan que consumen.

Sobre los problemas diarios que tienen los celiacos reflexionaba hace unos 10 años junto con un amigo de su padre, Alberto Puerta, un chico de 22 años llamado Álex Comajuan que entonces estudiaba Turismo y Dirección Hotelera en la UAB. «Me había tomado un parón de seis meses para viajar y acababa de volver de Australia. Volvía con las ideas frescas y comenté que me había sorprendido que el tema de la celiaquía estaba bastante más resuelto allí. Tenía amistades en Barcelona con intolerancia al gluten y sabía que les resultaba difícil encontrar productos y que todo era muy caro», recuerda Comajuan.

Puerta, entonces director general de la farmacéutica Uxafarma, habló a Comajuan de las investigaciones sobre una proteína con un alto valor nutricional que podía conferir a la masa del pan sin gluten propiedades similares al pan convencional. «Un ingeniero argentino había aislado esa proteína con la intención de utilizarla para alargar la vida de los pozos petrolíferos, pero en la UAB vieron que podría tener un uso alimentario», explica Comajuan.

Puerta, primer director de Fenulti, se asoció con Comajuan, a quien cedió el cargo más tarde. El Grupo Soteras y algunos investigadores de la CERPTA también se sumaron al proyecto, que en un principio se centró en el desarrollo de productos frescos de panadería para celiacos bajo la marca Celipan.

UN FRACASO INICIAL

«Nos dimos cuenta en unos dos años que íbamos a tener que crear una demanda. Los celiacos que lo eran desde hacía tiempo seguían la rutina de comprar productos para una temporada y no productos frescos», reconoce Comajuan. «Decidimos crear el hábito y abrimos un show-room en Barcelona, la primera panadería de España en ofrecer pan fresco para celiacos», explica.

Casi en paralelo, la Fundació Alícia se puso en contacto con Felnuti para decirles que después de probar muchas variedades de harinas habían observado que la suya era la que ofrecía un mejor resultado en una fórmula que acababan de desarrollar para preparar bizcochos rápidos y sin gluten. «Llegamos a un un acuerdo con ellos para comercializar los Celicake, una de nuestras líneas de negocio, pero el interés de Alicia también nos confirmó que para nosotros era mejor centrarnos en la distribución de harinas para uso industrial», afirma. «Los gastos en márketing y producción son menores que cuando se trabaja para el cliente final», añade.

Felnuti está trabajando en una nueva línea de productos a base de quinoa y también está explorando las posibilidades de la avena. «¿Nuestros planes en cinco años? Ser muy sólidos en la oferta de materias primas ecológicas y que no contengan alérgenos, haciéndolos aptos también para los alérgicos a la soja, por ejemplo», concluye.