EMPRESAS

La revolución del vino

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CARME ESCALES / BARCELONA

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Una botella serigrafiada, reutilizable, con diseño homenaje al cartelismo de los bares de los años 50, guarda dentro dulces sorbos del pasado y, fuera, su atractiva presentación marca el futuro del negocio que impulsan los gemelos Àlex y Albert Virgili. Son la tercera generación (familiar, quinta como negocio) de productores de vino de Casa Berger, fundada en 1878 en Sant Miquel d’Olèrdola, y proveedora de las principales bodegas de Catalunya. El abuelo materno de Àlex y Albert la compró en 1963. Ahora los nietos, al vermut de siempre, “el que elaboraban y vendían a granel en mercados y bodegas nuestro padre y nuestro tío” -precisa Àlex Virgili-, lo han etiquetado como El Bandarra, y se vende él solo. El Txixarel·lo y El Cabronet son sus vinos blanco y negro más exitosos, y tiene que ver con haber llenado su envase de populares insultos catalanes.

Son las provocaciones de Democratic Wine, una línea de distribución creada este año por Casa Berger y la bodega Vintae de La Rioja. Con llamativos mensajes y presentaciones, tanto en botella como en cajas con grifo, o garrafas etiquetadas como Organic & Orgasmic, van en busca del nuevo consumidor de vino, aquel al que no atraen catas de sibaritas o vinos ceñidos a cenas y comidas. Ellos han vestido de actualidad al vermut y a los vinos a granel de toda la vida, embotellándolos y concediéndoles todas las horas del reloj.

¿Por qué no pedir un vino en la discoteca? ¿Por qué no mezclarlo con hielo, en verano, o con tónica?¿O servirlo a granel, del tirador a la copa? Los Virgili no desfasan en vano, saben que en los años 60 el consumo anual de alcohol por habitante en Catalunya era de 60 litros y hoy es de 16. “El mundo del vino se ha vuelto elitista y se ha alejado de la gente a la que ahora nos dirigimos nosotros, apostando por vinos a gusto de muchos y para consumir en muchos momentos del día”, precisa Albert Virgili. “Se ha impuesto el imperialismo del lúpulo (ingrediente esencial de la cerveza) y nosotros reivindicamos el vino como excusa para compartir”, añade Àlex.

Feminizar el consumo

Conscientes de otro gran vacío, la desatención a la mujer en el mercado del alcohol, quieren conquistar al sector femenino como consumidoras de vino. Preparan la salida al mercado en marzo del Libalis, un vino espumoso enfocado al “éxtasis de la mujer”, dicen. Antes, ahora en enero, también pondrán a la venta una sangría. “La Sueca es un homenaje al destape de España”, avanzan. Su bodega La Festival, en el 67 de la calle de Verdi, abierta este año con su distribuidor en Barcelona, Human Vins, y la bodega ecológica y biodinámica del Penedès Finca Parera, muestra más de 500 referencias ordenadas según el momento de día a consumir y preferencias de gusto.

Los Virgili cierran el año con una facturación de 10 millones de euros, 2 por sus embotellados y 8 por sus graneles de Casa Berger, a los que su nueva línea de negocio, Democratic Wines, ya suma este primer año 1 millón más facturados.