La demanda de especialistas se distancia cada vez más de la oferta

A más paro, cabría esperar también muchos más candidatos para conseguir uno de los buscados empleos vacantes. En general, eso es así pero con algunas excepciones notables que han situado a España como el tercero en la lista mundial de países en los que las empresas tienen más dificultades para encontrar en el mercado de trabajo candidatos que se ajusten a sus necesidades, según un ranking internacional que elabora anualmente la consultora de recursos humanos Hays.

España saca una nota de 6,4 puntos sobre un máximo de 10, lo que supone una décima más que en el año anterior, y hace que ocupe la tercera posición en la clasificación, en la que solo tiene por delante a Estados Unidos y Suecia. La puntuación, que es mejor cuanto más bajo es el número que obtiene cada país por cada concepto, tiene en cuenta una serie de factores ente los que se encuentran el nivel de desajuste entre ofertas y demandas de trabajo, la presión al alza de los salarios y los niveles de formación de los candidatos en relación con lo que buscan las empresas.

ALTA CUALIFICACIÓN

La paradoja de la falta de profesionales se concentra en algunos perfiles de muy alta cualificación especialmente en sectores intensivos en empleos en esa franja de trabajadores como el de las telecomunicaciones. «El problema de fondo del mercando laboral español sigue con mucha fuerza a pesar de la mejora de los datos y del crecimiento económico. Hay sectores con mucha demanda por parte de demandantes de empleo en paro y pocas ofertas. Y al revés, es decir, sectores en los que hay ofertas pero pocos candidatos a los que recurrir», asegura el responsable de Hays en España, Christopher Dottie.

Entre los indicadores que mejoran en España se encuentra el de la formación, con una nota de 4,2, aunque persiste el problema del desajuste entre el sistema formativo y el mundo del trabajo. Los perfiles en los que empresas como Hays tienen que emplearse más a fondo para buscar a empleados dispuestos a cubrir las vacantes son los de ingenieros y los relacionados con las nuevas tecnologías y la informática.

Las dificultades para cubrir esos puestos conceden a los candidatos más poder de negociación de sus condiciones laborales, al menos sobre el papel. Hays considera incluso que existe una «guerra de talento» entre empresas en algunos perfiles muy técnicos y con conocimientos muy específicos. En cambio, en otros perfiles profesionales de alta cualificación pero sin conocimientos tan específicos como empleados de marketing, ventas y finanzas las compañías tienen la sartén por el mango porque abundan los candidatos disponibles y una mayor competencia entre ellos.

La diáspora de titulados superiores sufrida por España durante los años más duros de la crisis ha agravado todavía más los desajustes entre oferta y demanda en las profesiones que han sufrido una marcha más numerosa de trabajadores al extranjero en busca de una oportunidad. «Se necesitan años para formar a ingenieros e informáticos -dice Dottie- por lo que la marcha de profesionales hace prever que será necesario importar talento durante los próximos años». Un estudio de Asempleo, la patronal de empresas de trabajo temporal, constataba que durante la crisis se ha triplicado el número de españoles que han emigrado para buscar un empleo. En el 2014, fueron unos 80.000.

El desempleo de larga duración junto con la baja tasa de empleo y de participación en el mercado laboral de los jóvenes seguirán actuando como «barreras frente a futuras mejoras», apunta Hays. El ratio de 6,4 muestra, según el estudio, el «persistente estrés del mercado laboral español».