La cúpula de Bankia gastó 55.892 € 5 meses antes de ser intervenida

MARGARITA BATALLAS / MADRID / OLGA GRAU / BARCELONA

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Tiraron de tarjeta hasta horas antes de que el Gobierno interviniera Bankia. En los últimos cinco meses al frente de esta entidad el expresidente Rodrigo Rato, el exvicepresidente José Manuel Fernández Norniella y el exdirector general Ildefonso Sánchez Barcoj gastaron 55.892 euros con sus tarjetas b. En restaurantes abonaron 4.323 € y en el Corte Inglés se dejaron 8.623,39€.

Estos datos aparecen en el extracto de las tarjetas opacas que han sido desveladas por dos auditorías de Bankia. Este sistema de pago, según el FROB y un asesor externo, fue ideado por los antiguos gestores de Caja Madrid y heredado por Bankia. Y consistía en conceder a los consejeros y directivos una tarjeta de empresa que estaba fuera del circuito ordinario bajo la responsabilidad de Sánchez Barcoj. 86 consejeros, desde el 2003 hasta el 2012, se gastaron 15,5 millones de euros en gastos personales de lo más variado como hoteles de cinco estrellas, apuestas, música, flores, joyas, ropa y vinos.

GASTOS MENORES / Rato, según fuentes de la investigación, redujo el número de usuarios de estas tarjetas a cinco, pero heredó el pago de otros 20 antiguos consejeros de Caja Madrid. Los gastos de estos últimos fueron casi simbólicos desde enero hasta mayo del 2012 -cuando fue intervenida la entidad- ya que alcanzaron los 3.800 euros. En este periodo el que más gastó fue Arturo Fernández, que como hizo en periodos anteriores, se pagó a si mismo, es decir, cargó facturas en restaurantes de su propiedad por un importe de 1.500 euros.

Esta escuálida cifra contrasta con el dinero dispuesto por cinco exdirectivos de Caja Madrid en el 2011 que alcanzó los 43.900 euros. Entre los que más consumieron destacan la exdirectora gerente de Obra Social Carmen Contreras (15.000 euros) o el exjefe de la Casa Real Rafael Spottorno (12.000).

Rato y sus exmandos tampoco se quedaron cortos al estrenar sus tarjetas b cuando nació Bankia en diciembre del 2010. En el primer año de vida de esta entidad gastaron, junto a Matias Amat, 141.567 euros. Es decir, en los dos años de su mandato dispusieron de 197.459 euros.

El expresidente de Bankia, por ejemplo, retiró 16.000 euros en efectivo de cajeros automáticos entre el 22 de febrero y el 5 de mayo del 2012. Y quizá empleó este dinero en pagar otros gastos porque entre enero y su dimisión, el 7 de mayo, solo usó su business oro para cargar facturas de restaurantes (710 €) y floristerias (741 euros).

Por su parte, Sánchez Barcoj se gastó 6.703 euros en hoteles y billetes de avión entre marzo y mayo del 2012. Y anuló un último cargo de 503 euros el día en que Bankia fue intervenida, el 9 de mayo del 2012. Además, abonó 2.120 euros en restaurantes y casi 200 en flores.

José Manuel Fernández Norniella consumió 7.439 euros en el Corte inglés en 19 compras de 400 euros entre el 2 de febrero y el 5 de mayo del 2012. Llegó a realizar hasta cuatro cargos por este importe en un mismo día como ocurrió el 7 de julio y el 5 de mayo, dos días antes de la dimisión de Rato y cuatro antes de la intervención. Además, el exvicepresidente de la entidad abonó 1.493 euros en restaurantes.

Estos cuatro exdirectivos fueron requeridos por Bankia para que justificaran sus gastos, pero se negaron aunque optaron por devolver el importe de sus compras. Rato, Fernández Norniella, Sánchez Barcoj y Amat devolvieron a la entidad el importe total de sus gastos por transferencia bancaria el pasado 1 de julio, aunque el expresidente aplazó el pago hasta el 3 de julio y cargó el gasto a una cuenta del Banco Sabadell.

Rato y Sánchez Barcoj, junto al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, declaran el próximo jueves ante el juez Fernando Andreu.  Y es que el auditor externo de Bankia, en un informe, sugiere a los investigadores que examinen «la conducta de quienes autorizaron o acordaron la utilización de estas tarjetas» tras afirmar que los usuarios de las mismas no han cometido delito porque creían que podían usar su business para sus gastos personales. Por el contrario, la cúpula de la entidad, según este dictamen, ha podido cometer un delito de administración desleal.

Por su parte, el FROB sostiene que el uso de estas tarjetas por parte de los directivos de Bankia reviste un plus de reproche porque conocían la «existencia de dificultades en el sector financiero, los apoyos a la entidad y las medidas de austeridad». Por ello, afirma que debieron darse cuenta de «lo inapropiado de la medida de existencia de estas tarjetas.

CONDENA SOCIAL / Fuentes jurídicas explicaron ayer que los protagonistas de este escándalo intentarán demostrar en sus comparecencias judiciales ante Andreu que el gasto de estas tarjetas era un complemento de su salario y completamente legal, al no ser tarjetas de empresa, de las que también disponían. No obstante, las fuentes consultados explican que  ellos sienten que aunque pueden librarse de una condena penal, de la social va a ser imposible.