Claves para entender las decisiones del BCE

OLGA GRAU

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El BCE ha anunciado un paquete de medidas orientadas a sacar a la economía europea del estancamiento. Las dos medidas más destacadas son:

Tipos de interés más bajos de la historia

El Banco Central Europeo ha dejado los tipos de interés en el tipo más bajo de la historia, 0,15%, prácticamente cero. Es una decisión inaudita en la zona euro y más propia de las actuaciones la Reserva Federal, el banco central de EEUU, más partidario de estimular el crecimiento. La rebaja de tipos facilita que los préstamos sean más baratos, aligera el peso de las hipotecas que no tengan suelo y deja más dinero en el bolsillo de los consumidores. Este movimiento persigue que el dinero sea barato y que con eso se estimule el consumo privado y la actividad de las empresas. La evolución de la economía en la zona es tan raquítica (crecimiento del 0,2% en el primer trimestre) que la inflación cada vez es más baja. Sin aumentos de precios moderados, el repago de la deuda (que se mantiene a los niveles de cuando la economía crecía) es más costoso y eso lastra la recuperación. El objetivo del BCE es que la inflación se sitúe alrededor del 2%. Ahora el IPC se encuentra en el 0,5%. ¿Será efectiva la bajada de tipos? Los analistas consideran que la bajada del 0,25% al 0,15% es más bien simbólica y era esperada por los mercados. Los tipos bajos tardarán tiempo en trasladarse a los créditos o a las hipotecas referenciadas al euríbor. Esta medida solo será efectiva si viene acompañada de un paquete más ambicioso. De hecho, los dos puntos siguientes son la clave del programa del BCE.

Los bancos pagarán por guardar el dinero en el BCE

Los bancos de toda la zona euro suelen depositar parte de sus fondos en el BCE a cambio de un tipo de interés determinado. Durante la crisis, este tipo se ha ido reduciendo hasta el 0%. Ahora, el banco central ha decidido que en vez de pagarles un interés, como hacen los bancos con los clientes, serán los bancos los que pagarán por tener sus fondos en el BCE. Es decir, los depósitos en el BCE serán del -0,10%. Con esto se persigue que los bancos cojan estos recursos y los presten a la economía real, es decir, a las empresas y a las familias. No está claro que realmente los bancos usen estos recursos para prestarlos a las empresas y hogares. Tienen también la opción de destinarlo a otras actividades como la compra de deuda pública. Las entidades españolas tenían aparcados, a 30 de abril, 1.960 millones de euros en la 'hucha' del BCE, que recoge el dinero que la banca española ha tomado prestado y lo ha vuelto a depositar a resguardo del organismo presidido por Mario Draghi.

400.000 millones de euros para que fluya el crédito

Draghi ha anunciado un supermanguerazo supermanguerazode dinero para que fluya el crédito a las pymes. Estos estarán destinados solo a créditos a la economía real y no podrán usarse ni para hipotecas o préstamos al sector público. ¿Cómo se controlará que el dinero llegue de verdad a las empresas y que no vaya a otras cosas?. Mario Draghi ha explicado que se van a pedir  a los bancos requerimientos adicionales de información y transparencia para saber en qué operaciones están participando. Esto es muy importante, de hecho es la clave de que el programa reactive o no la economía real.

¿Termina aquí toda la artillería del BCE?

"No hemos terminado aquí, si hiciera falta", ha manifestado Mario Draghi. El presidente del BCE ha dejado la puerta abierta a una medida denominada QE (quantitative easinguna herramienta de la política monetaria utilizada por los bancos centrales cuando los tipos de interés están en unos niveles muy cercanos a cero y, por tanto, no es posible actuar sobre ellos para aumentar los precios y estimular la económía. Consiste en que el BCE compre un determinado volumen de activos financieros a bancos u otras instituciones financieras privadas. El banco central no entrega directamente dinero a cambio de dichos activos, sino que lo que hace es reconocer un depósito a favor de dichas instituciones. Por tanto, QE tiene como principal objetivo el influir sobre la oferta monetaria (aumentándola).