Dos explosiones causan al menos dos muertos en el maratón de Boston

Estados Unidos revivió ayer sus peores pesadillas después de que dos explosiones pusieran un abrupto y sangriento final al maratón de Boston, uno de los más antiguos del mundo y uno de los más prestigiosos. Las deflagraciones, acaecidas en una de las gradas junto a la línea de meta, mataron a dos personas e hirieron a 68, según fuentes médicas, aunque el diario 'Boston Globe' hablaba de un centenar de heridos.

Varias fuentes oficiales apuntaron a que las detonaciones fueron causadas por dos bombas pero, en una breve comparecencia ante el país, el presidente Barack Obama evitó hablar de atentado terrorista. Hubo también una tercera explosión en la Biblioteca John Fitzgerald Kenndy, pero todo indica que fue ocasionada por un fuego fortuito.

Pese a la cautela demostrada por Obama en su alocución, el presidente dejó entrever que se trata de un atentado terroristas. "Todavía no sabemos quién lo ha hecho o porqué lo ha hecho, pero que nadie se equivoque, encontraremos a los responsables". Obama se comprometió a llevarlos ante la justicia y transmitió a la capital de Massachusets el apoyo de todo el país. "Todos los estadounidenses están hoy con el pueblo de Boston", ha dicho el presidente.

Sorpresa y pánico

Las explosiones se produjeron poco antes de las 3 de la tarde (hora local), después de que alrededor de la mitad de los 27.000 participantes en el maratón hubieran concluido la prueba. Las fuertes deflagraciones levantaron una columna de humo blanco y generaron el caos entre los espectadores y los atletas que en esos momentos pasaban por la línea de llegada. La sorpresa inicial dio paso al pánico y a escenas de enorme crudeza. "Fue horrible", dijo Brian Walker al 'Boston Herald'. "Vi algunas heridas espantosas".

Uno de sus periodistas, presente en el lugar de las explosiones, describió dos detonaciones. La primera, según su relato, se originó en un cubo de basura y la segunda enfrente de un restaurante, junto a la línea de meta. "Dos personas han sido heridas por los escombros, hay gente con sangre en la frente", explicaba. La onda expansiva tumbó a algunos corredores y e hirió de gravedad a docenas de espectadores. Algunos quedaron mutilados, y charcos de sangre cubrieron el pavimento.

Ante el justificado temor de que las explosiones fueran parte de un ataque "sofisticado, coordinado y planeado", como lo describió un congresista del estado, el gobernador de Massachusets, Deval Patrick, pidió a la población que se quedara en casa y evitara los lugares concurridos.

Máxima alerta en todo el país

Entre los participantes de la carrera había 91 españoles, pero según fuentes consulares, no hay noticias de que ninguno de ellos haya resultado herido.

La tragedia activó inmediatamente las medidas de seguridad en todo el país. Las policías de Nueva York y Washington se pusieron en máxima alerta y se reforzaron las medidas de seguridad en los lugares estratégicos. La CBS informó de que una persona había sido detenida, aunque se desconoce su identidad. Tampoco está claro si la explosión en la Biblioteca John Fitzgerald Kennedy, situada a varios kilómetros de la línea de meta está relacionada con las explosiones de la maratón. La policía dijo posteriormente que podría haberse debido a un fuego en las calderas.

De tratarse de un operación coordinada, una idea reforzada por el hecho que según algunas fuentes la policía encontró otros dos artefactos desactivados de forma controlada, tendría un fuerte simbolismo. Boston es una de las ciudades más ricas y turísticas del país, además de una de sus cunas intelectuales, una capital de marcado corte liberal.

El maratón de Boston forma parte de las cinco grandes, el World Marathon Majors (junto con Nueva York, Chicago, Berlín y Londres) y cumpía este año su 117ª edición. En la ciudad era día festivo, una jornada en la que se conmemoran algunas de las grandes batallas de la guerra de Independencia contra los británicos.

Boston Marathon Finish Line