El Espanyol logra ante el Celta el primer triunfo de la Liga

La primera victoria del Espanyol llegó con el clásico sufrimiento que siempre persigue al cuadro perico (2-1). Necesitaba el equipo de Quique Sánchez Flores un triunfo para evitar los primeros nervios del curso y lo logró ante el Celta. Con una primera parte excelente y una segunda mucho más espesa, el cuadro catalán tuvo suficiente para alcanzar su objetivo. Ahora podrá mirar con más calma un calendario que se empina con visitas a Vila-real, el Bernabéu y Anoeta en el horizonte.

Los pericos pueden sentirse aliviados. Después de sumar un punto de nueve en las tres primeras jornadas el Espanyol necesitaba darse la primera alegría. El pesimismo nunca es un buen compañero y las primeras dudas ya se habían dejado caer tras el fiasco ante el Leganés y la goleada del derbi contra el Barça.

Solo una victoria podía serenar los ánimos en una semana de tres partidos. Con cuatro puntos el escenario se presenta mucho más halagüeño. Un tropiezo ante el Celta junto a la difícil visita del jueves a Vila-real habría convertido el choque del próximo domingo al mediodía contra el Depor en la primera final de Cornellá. 

Pobre entrada

Quedó muy claro desde el inicio que el Espanyol no estaba dispuesto a fallar de nuevo ante su gente. El estadio registró la peor entrada en la Liga en la era de Quique (15.026 espectadores), pero al menos esos fieles pudieron disfrutar de muy buenos minutos. Saltó al césped el equipo perico con unas ganas inmensas de agradar y Gerard Moreno tuvo el 1-0 en sus botas en una ocasión clarísima (m. 6). Disparó fuera el punta de Santa Perpètua, que poco después se rehizo con un disparo ajustado que batió a Sergio (m. 10).

El cambio de sistema sentó bien a los pericos. Quique optó por un 4-2-3-1, con Jurado de mediapunta

Protestó el Celta ese tanto. Con razón porque la jugada se inició en fuera de juego. El Espanyol no bajó las revoluciones y Piatti, que hizo un partido brillante, amplió la ventaja tras un pase de Jurado. El extremo argentino marcó con un tiro cruzado.

El guion no podía ir mejor para el bloque local. El técnico triunfó al modificar su sistema, dejando de lado su casi intocable 4-4-2 para apostar por un 4-2-3-1 con Jurado en la mediapunta. Darder también actuó en su sitio favorito (en el derbi jugó en la izquierda). Esa disposición lógica de todos los efectivos tuvo un efecto muy positivo en el juego. 

La victoria estaba encarrilada gracias a la intensidad y la presión mostrada por el Espanyol, que dejó sin apenas respuesta a un Celta demasiado blando. Aún así, el conjunto de Unzué tuvo también un par de ocasiones en la botas de Aspas, que no está teniendo demasiada fortuna cara a puerta en este inicio de Liga. 

Lopetegui, en la grada

Siguiendo al punta gallego estaba en la grada el seleccionador Julen Lopetegui, que también podría dar alguna oportunidad a pericos como David López, Aarón o Gerard Moreno. Las buenas sensaciones del primer tiempo se mantuvieron en el inicio de la segunda mitad, pero pronto empezó a cambiar la dinámica. Un disparo de Sisto desviado por Fontàs sorprendió a Pau (m. 68) y llevó la incertidumbre a Cornellà. Había miedo.

Sin Piatti, cambiado de nuevo demasiado pronto por Quique, el equipo perdió chispa y se fue refugiando en busca de algún contragolpe. El Celta mejoró mucho con la entrada del diabólico Emre Mor, pero el Espanyol supo aguantar bien. La temporada pasada no llegó la primera victoria en casa hasta la jornada 13, a finales de noviembre. En este curso no se ha esperado tanto. Si el equipo juega como en el primer tiempo hay motivos para ilusionarse.