La 'iaia de las preferentes'

El banco le vendió productos híbridos a Alegría Castarlenas, por primera vez, cuando tenía 88 años

Alegría Castarlenas posa en su vivienda de L'Hospitalet con los contratos de subordinadas y preferentes firmados

Alegría Castarlenas posa en su vivienda de L'Hospitalet con los contratos de subordinadas y preferentes firmados / periodico

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / Barcelona

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Alegría Castarlenas Montgay le vendieron deuda subordinada por primera vez en marzo del 2008. Fueron cinco títulos de 1.500 euros. Total: 7.500 euros. En octubre de ese año, le colocaron participaciones preferentes (10.000 euros). En noviembre, otra vez deuda subordinada (18.000 euros). Unos 1.000 euros más en junio del 2009. Y finalmente, 4.000 euros en junio del 2010. En total 40.500 euros. Como puede suponerse, los ahorros de toda una vida, conseguidos con el esfuerzo de muchos años de trabajando y el cobro de una indemnización por haber pasado cinco años en la cárcel de forma injustificada al término de la guerra civil.

 Hasta aquí, nada particularmente fuera de lo habitual. Como ella, cientos de miles de ciudadanos, clientes de bancos y cajas compraron los ya conocidos productos híbridos. En los juzgados hay más de 6.000 denuncias relacionadas con estas operaciones. Lo excepcional de este caso es que la entidad de ahorros en la que Castarlenas había depositado su confianza, además de su dinero (Caixa Catalunya), le vendió sus primeros productos híbridos cuando esta mujer con estudios básicos, que dedicó la mayor parte de su vida laboral a servir en Barcelona y Francia, tenía 88 años; 90 años, las otras tres veces y 91, la última.

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