CICLISMO
El Tour 2016 pasará otra vez por Catalunya
Vielha será el punto de salida de la gran etapa pirenaica que acabará en Andorra
El martes es el gran día. El Tour descubrirá el recorrido para el año que viene. Por ahora, guarda con sigilo una de las cuatro etapas consecutivas en los Alpes, que acabarán de decidir la gran cita anual ciclista del 2016. La apuesta por la montaña y la reducción de contrarrelojes, tan solo una, en las proximidades del Mont Ventoux, marcan un trazado que volverá a pasar por Catalunya, por el Val d'Aran, el Pallars y el Alt Urgell, en la que será la gran etapa de los Pirineos (domingo, 10 de julio del 2016) y que finalizará en Andorra, en la estación de esquí de Vallnord, en Arcalís, en la que ya se considera como la subida más mítica de la ronda francesa en territorio andorrano, como recuerdo a la gran ascensión de 1997 donde Jan Ullrich, al margen de otras polémicas, puso la prueba patas arriba.
El Tour sigue con su apuesta por las cumbres y por no abusar del kilometraje diario, siguiendo el ejemplo de la Vuelta, carrera que está también gestionada por ASO,la empresa propietaria de la 'grande boucle'. En el 2016, entre Macizo Central, Pirineos, el provenzal Ventoux y los Alpes, en este orden, habrá ocho etapas de montaña. Asimismo, el protagonismo de las contrarrelojes queda concentrado para el viernes 15 de julio, en la única etapa llana de esta especialidad programada para el año que viene.
Sin embargo, y a diferencia de la última edición, el Tour se inclina, después de los Pirineos y el Ventoux (el 'Gigante de Provenza' se reserva para la gran cita del 14 de julio, la Fiesta Nacional de Francia) por una 'crono' decisiva, con kilometraje serio, para concienciar a escaladores como Nairo Quintana o Alberto Contador -el corredor madrileño ya ha anunciado que será su último Tour, carrera previa a la Vuelta donde, salvo que cambie de opinión, dirá adiós al ciclismo profesional- de que deben atacar antes de los Alpes para disponer de un colchón de tiempo ante rivales más consistentes en esta especialidad (sobre todo Chris Froome o el emergente Tom Dumoulin) ante su previsible pérdida de minutos en la contrarreloj. El Tour ha quedado algo desencantado del desarrollo de la última edición, puesto que desde la primera etapa pirenaica (La Pierre de Saint Martin) con el ataque, al final decisivo de Froome, hasta la ofensiva alpina de Quintana (iniciada a solo dos días de París) hubo demasiado etapas intrascendentes, a pesar de la dureza diseñada en el perfil de las etapas.
Por esta razón, se ha intentado evitar en lo máximo de lo posible las denominadas jornadas de transiciones, normalmente de contenido soso y con escapadas consentidas sin sentido en la lucha por la general. Solo constan dos, al margen de las etapas llanas del inicio, entre el Macizo Central y Pirineos (llegada a Montauban) y en la conexión de esta cordillera con el Ventoux (Carcasona-Montpellier). El fin de semana previo a los Alpes (16 y 17 de julio) se reserva también para la montaña (alta y media) con el paso, entre otros enclaves, por el Grand Colombier, en los montes del Jura.
De todas formas, para evitar que la carrera quede muy tocada en el primer gran fin de semana de montaña y con apenas nueve días de competición, la dirección del Tour ha decidido prescindir de la ascensión a La Gallina, el puerto más duro de Andorra, en la principal jornada pirenaica que se iniciará en Vielha (donde pernoctarán la mayoría de equipos) para afrontar las subidas catalanas de La Bonaigua y el Cantó antes de penetrar en territorio andorrano para subir Beixalis (duro aunque más corto que La Gallina, en cuya fase inicial se cayó Froome en la Vuelta para apearse de la prueba) y finalizar en la cima de Arcalís.
Destaca en los Pirineos también la llegada al lago de Payolle (8 de julio) que se encuentra ubicado en una carretera por la que se accede desde la tradicional ruta del Aspin.
El secreto mejor guardado
El Tour ha querido saltarse, algo que no está escrito y que ha sucedido en bastantes ocasiones, la tradicional alternancia entre Pirineos y Alpes para repetir, al igual que este año, la primera entrega de alta montaña en la cordillera que separa Francia de España para recompensar a Andorra donde se efectuará la primera de las dos jornadas de descanso. La segunda también será allende las fronteras francesas, concretamente en Berna, la capital suiza (19 de julio) antes de la sentencia definitiva en los Alpes, en lo que será un homenaje al Mont Blanc, recorriendo las carreteras a su alrededor ante la imposibilidad de ascender a su cima. Por primera vez y tras muchos años el Tour ha conseguido esconder el recorrido de la que se supone será la etapa reina del 2016, que deberá partir cerca de la frontera suiza y que por ahora supone el gran atractivo, la única sorpresa verdadera, en la solemne presentación del próximo martes.
Morzine, con la previsible ascensión a la Joux Plane, sin olvidar el descenso, supondrá la sentencia definitiva a un solo día de París y la tradición de los Campos Elíseos.
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