deportes. 'DISCOVERY UNDERGROUND'

Una carrera bajo el asfalto

Los túneles del metro de BCN acogerán esta próxima madrugada la segunda edición de la 'Discovery underground', la única carrera urbana bajo tierra del mundo.

Tres corredores en la primera edición de la 'Discovery underground', el año pasado en el metro de Madrid.

Tres corredores en la primera edición de la 'Discovery underground', el año pasado en el metro de Madrid.

BLANCA ESPACIO
BARCELONA

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Más de 15.000 personas se inscribieron para participar en esta experiencia pionera, pero solo 300 han sido los elegidos. Ellos y ellas recorrerán esta próxima madrugada los túneles del metro de Barcelona, 10 kilómetros bajo el asfalto mientras la ciudad duerme. Sus historias y sus sueños les han llevado a la línea de salida de la Discovery underground, la única carrera urbana bajo tierra del mundo.

Organizada por el canal de televisión Discovery Max y por Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), la carrera discurrirá por la línea 2, por los 10 kilómetros de túneles que separan las estaciones de Universitat y Gorg, ya en Badalona. Una carpa en la plaza de la Universitat hará las veces de centro de acogida de los atletas, que están convocados a la medianoche. Pasada la una de la madrugada (ya del día 29), cuando el metro haya cerrado sus puertas al público, dará comienzo la carrera.

El evento es peculiar. Se realiza bajo tierra pero, además, entraña ciertos riesgos, porque no es fácil correr entre las vías. Por eso, todos los participantes llevarán casco, en cada estación (14 en total, contando salida y meta) habrá servicio médico y numerosos puntos de avituallamiento en el itinerario. También se ha programado alguna sorpresa para los corredores, «algo de tipo musical», desvela Antonio Ruiz, director de márketing de Discovery Max.

90 AÑOS DE METRO / La carrera nació el año pasado en Madrid, que presentaba su candidatura olímpica para el 2020. «Queríamos brindar a nuestros espectadores una experiencia extraordinaria en la que ellos fueran protagonistas», recuerda Ruiz. Se presentaron 7.500 personas, corrieron un centenar. El éxito les impulsó a repetir, esta vez en Barcelona, «para festejar el 90º aniversario de su metro». El futuro está por decidir, «pero varios países están interesados en la idea», descubre Ruiz.

Los criterios para seleccionar a esos 300 elegidos también han sido peculiares. Algunas exigencias deportivas -«para asegurar cierta preparación física y evitar que la carrera acabara al amanecer»- y, sobre todo, los sueños y las historias que los aspirantes hicieron llegar a la organización. En la línea de salida estarán 300 de esas historias. Una chica que ha superado con éxito un derrame cerebral. Un policía que persiguió a un caco por los túneles del metro y desea recorrerlos de nuevo sin afán de captura. Un ingeniero que participó en la construcción del suburbano. Una persona con minusvalía que corre triatlones y trabaja como preparador físico. Un maratoniano que ansía una experiencia diferente. Junto a ellos, algunos deportistas famosos, como los futbolistas Julio Salinas y Raúl Tamudo.

No se paga por correr. Ni siquiera se corre por competir, asegura Ruiz. «El año pasado, los cinco primeros entraron en la meta cogidos de la mano», afirma.