Debate sobre la candidatura de Barcelona-Pirineus 2022

Trias buscará el consenso político antes de liderar el sueño olímpico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Xavier Trias apostará por los Juegos de Invierno del 2022 siempre y cuando la candidatura no le suponga un coste político. El alcalde de Barcelona tiene previsto iniciar una ronda de contactos con todos los grupos municipales para blandir un consenso de ciudad que trascienda a los colores de CiU. Por ahora, solo ICV-EUiA, con cinco concejales, da la espalda al sueño olímpico, mientras que PSC, PP y UpB se avienen a compartirlo, aunque con matices. La capital catalana tiene dos meses para deshojar la margarita antes de que el COI cierre el plazo de inscripciones. El Govern dio ayer su «apoyo total» a lo que decida el consistorio, y el COE, todavía de luto tras el golpe de Madrid 2020, está a la espera de recibir un dosier terminado hace tiempo antes de dar su bendición.

Albert Batalla, alcalde de La Seu d'Urgell y diputado de CiU en el Parlament, admitía ayer lo que era un secreto a voces: «Hace meses que se está trabajando en la opción de la candidatura olímpica de manera intensa y discreta para no interponerse en las opciones de Madrid». Que Barcelona-Pirineus 2022 tiene una hoja de ruta definida es algo que a nadie se le escapa, entre otras cosas porque faltan solo dos meses para que el nuevo presidente del COI, el alemán Thomas Bach, reciba en Lausana a las ciudades aspirantes.

RITMOS DESIGUALES / El trabajo de oficina, sin embargo, lleva un ritmo distinto del de los despachos. El primero amasa un rodaje considerable, puesto que la comisión técnica, liderada por Enric Truñó, ha tenido tres años para moldear una propuesta que Jordi Hereu lanzó en enero del 2010. El segundo, tras meses de barbecho por respeto a las aspiraciones de Madrid, echa a andar ahora a pesar de que el posicionamiento de cada uno era conocido: todos, a excepción de ICV-EUiA, apoyan el plan.

Ayer, sin embargo, surgió un nuevo elemento en el tablero olímpico. Alberto Fernández Díaz (PP) planteó al alcalde la posibilidad de convocar una «consulta ciudadana» para calibrar la conveniencia o no de apadrinar un proyecto de incierta oportunidad económica. La propuesta es puro veneno, y trae a la memoria el referendo de la reforma de la Diagonal que tan caro le salió a Hereu. Jordi Martí (PSC) respalda la iniciativa, pero instó a incluir a los pueblos del Pirineo afectados. A pesar de que es una idea que puede ir «en contra del calendario», el líder del grupo socialista consideró «lógico» preguntar al ciudadano, más aún si se tiene en cuenta que el programa electoral de CiU promete «consultar a los barceloneses sobre las grandes decisiones que afecten a la ciudad».

FRENAR O ACELERAR / Martí parece no fiarse. Echa de menos mayor firmeza por parte de Trias, al que afeó «no liderar de una vez» la candidatura. «Es una muestra más de la inacción de este gobierno. No hay que tener dudas: o pones el freno o aceleras a por todas». Por su parte, Jordi Portabella (UpB) defendió «un proyecto de país que pone Barcelona al servicio de Catalunya», pero recordó la necesidad de «asegurar la sostenibilidad ambiental, económica y social». El líder de ERC comulga con la idea de la consulta a pesar de que sea una iniciativa del PP, un partido, dijo, que no destaca por su «profundización democrática». También Ricard Gomà (ICV-EUiA), desde las antípodas ideológicas sobre este asunto, pidió cuestionar al pueblo sobre una «gravíssima irresponsabilidad» perpetrada «en tiempos en los que se recortan de manera drástica servicios públicos esenciales».

Dado que el pleno municipal de septiembre se ha retrasado hasta el 18 de octubre, Trias no descarta convocar uno antes de manera extraordinaria para poder medir la fuerza política de la candidatura.

EL ALCALDE MATIZA / El Govern, a través de su portavoz, Francesc Homs, dejó ayer claro que la pelota está en el tejado de Trias al prometer «apoyo total» a la decisión que tome el ayuntamiento, como avanzó ayer este diario. Haría mal el alcalde en esperar que le llueva apoyo contable del lado norte de Sant Jaume, habida cuenta de que la Generalitat le debe a la ciudad cerca de 225 millones de euros. Trias matizó en Fráncfort sus palabras sobre la frustrada aspiración olímpica de Madrid. Recordó que ha hecho «todos los esfuerzos posibles» para ayudar a la candidatura y aseguró que su intención no era «faltar el respeto a nadie», informa Antoni Fuentes. Más le vale a Barcelona tener al COE de buen humor.