La Pedrera rinde tributo a los artesanos del modernismo

Hacía más de 50 años que las bellísimas obras modernistas creadas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX por ebanistas, forjadores, joyeros, fabricantes de baldosas, tejedores, vidrieros y ceramistas de Barcelona y de otros enclaves catalanes no se habían exhibido en un gran espacio. Concretamente desde 1964, cuando el Palau de la Virreina acogió la exposición Artes Suntuarias del Modernismo Barcelonés.

Desde hoy y hasta el 7 de febrero, el principal de la Pedrera, que habitaba la familia Milà, reúne más de 100 piezas de artes aplicadas que actualmente están dispersas en instituciones culturales, como el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y el Museu d'Art de Cerdanyola (MAC), o en manos de coleccionistas privados.

Una de las aportaciones de la exposición, titulada Modernisme: Art, Tallers, Indústries, es una fotografía inédita del mismo piso a principios del siglo XX en la se observan los techos ondulantes que se han perdido. Otra significativa es la apertura de un balcón que da al paseo de Gràcia, que acostumbra a estar cerrado. La vista desde la sala es una de las más bonitas de la ciudad. También entran en el juego expositivo las puertas, columnas, una barandilla de Josep Maria Jujol y pavimentos hidráulicos del edificio de Gaudí.

Mireia Freixa, catedrática de Història de l'Art de la Universitat de Barcelona, es la comisaria de una detallada muestra que rinde homenaje a los talleres y a las pequeñas industrias que trabajaron en las artes aplicadas para la arquitectura modernista, que tiene en Barcelona «ocho edificios declarados patrimonio universal por la Unesco», según recuerda Marga Viza, directora de Cultura de la Fundació Catalunya-La Pedrera. La Casa Milà es uno de ellos.

CRISTALERAS / La exposición dispone de delicadas piezas de cristal que se han desmontado, trasladado en cajas de máxima protección y vuelto a montar, como la espectacular vidriera Dames del gronxador Dames del gronxador(1910), obra de Ludwig Dietrich von Bearn, que ha cedido el MAC, y el precioso biombo con técnica cloisonné elaborado en 1903 por Frederic Vidal.

Gaspar Homar y Joan Busquets son de los artistas con más presencia, por la calidad de sus lámparas de metal y vidrio emplomado. Al ceramista Lluís Bru también se le dedica una sala en la que detacan los dibubujos previos a las columnas del Palau de la Música, propiedad de la familia Muñoz-Varela. La empresa Masriera aporta alguna de sus célebres joyas esmaltadas y también catálogos y cuadernos originales.