Actividad económica en primera línea de mar

Los chiringuitos de la playa vuelven a recaer en los mejores postores

El Chiringuito del Bogatell, que logró abrir el fin de semana tras un acelerado montaje, pendiente de detalles, el pasado sábado.

El Chiringuito del Bogatell, que logró abrir el fin de semana tras un acelerado montaje, pendiente de detalles, el pasado sábado.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los ceros que acompañaban a las propuestas económicas de los aspirantes a gestionar un chiringuito de playa esta temporada han podido más que cualquier experimento gastronómico, de diseño y de presunta mejor relación calidad-precio para el cliente. Tras la prueba del 2013, cuando dos de estos lucrativos negocios playeros se otorgaron al precio base de la tasa municipal (de 21.600 a 26.700 euros según el tamaño de la terraza) para mejorar su oferta cualitativa, este año se ha optado por primar la aportación económica de los otros 18, cuya licencia había finalizado. Una puja que ha alcanzado cotas estratosféricas (con diversas ofertas de 200.000 a 400.000 euros) por local y temporada, y ha supuesto el adiós de operadores habituales que no han apostado tan alto.

En el ayuntamiento afirman que al finalizar este año se acabará de evaluar cómo han funcionado las dos concesiones de autor (que lideran Joan Escribà y Carles Abellán). De momento, se impone la economía. Normalmente, las concesiones son de uno o dos años prorrogables a uno o dos más, según el pliego de condiciones. Se da la circunstancia de que 18 de los montajes salieron a la vez a concurso a principios de año y con el resultado recién fallado, solo uno de los nuevos ha tenido tiempo de abrir esta Semana Santa completa, en el Bogatell.

RENOVACIÓN / El éxito de las playas barcelonesas, que congregan a millones de usuarios anualmente, ha disparado la  cotización de algunos de los chiringuitos, especialmente en la zona de la Barceloneta, Nova Icària y Bogatell. Los requisitos son tantos que lo más común es que un mismo grupo empresarial puje por varios, de forma que le compense la inversión final. Este año son varios los operadores que han conseguido más de tres chiringuitos. Entre los aspirantes que se han quedado fuera destaca el caso de Inercia y Dockers, cuyo titular era presidente de la Asociación de Chiringuitos de las Playas. «Nos vamos toda la familia al paro, pero es imposible tener beneficios si hay que pujar tan alto», lamentan. Ni los 275.000 euros que propusieron para uno de los puestos les valieron la reválida.

Es la ley de la oferta y la demanda. Y en Chiringuito Group, que el viernes logró abrir a contrarreloj en el Bogatell, han logrado dos licencias más para la Marbella y la Nova Marbella. Fuentes de la empresa indican que son conscientes de que «hay que trabajar mucho» para cuadrar los números, aunque cuentan con una compensación. Y es que este año por primera vez el ayuntamiento no exige la exclusiva de determinadas marcas suministradoras de refrescos, cervezas y helados, lo que, mágicamente, ha supuesto conseguir el suministro mucho más barato de lo que se distribuía hasta ahora. Algo que no notará el consumidor final, que se enfrentará a los precios habituales porque los operadores tendrán que cuadrar la inversión de la puja, amén de la construcción y mobiliario del chiringuito.

En los próximos días, los nuevos operadores y los pocos que repiten irán levantando las estructuras. Aunque la temporada se suele iniciar en Semana Santa y el permiso se liquida a final de noviembre, el negocio se centra en los tres meses de verano, ligado siempre a la meteorología. El ayuntamiento ideó los nuevos criterios del año pasado tras constatar que los chiringuitos obtenían claros suspensos en las encuestas municipales, mientras que las playas se llevaban un notable. Habrá que esperar a la nueva evaluación popular.