Los madrileños enloquecen por Barcelona

Cuando en el 2012 se implantó la tasa turística catalana, los hoteleros más agoreros temían que aquellos pocos euros suplementarios en la factura del viajero le llevaran a huir de Barcelona como de la peste. Se demostró que su efecto era nulo cuando hay ganas de viajar. Y, rompiendo otros tópicos, tres años después se observa que -de momento- el poder de atracción de la capital catalana supera cualquier alergia a la pugna secesionista. Incluso desde la capital de España: los viajeros madrileños alojados en hoteles crecieron un 13,2% hasta sumar 348.000 en el 2015.

Es una de las estadísticas que más llaman la atención entre las cifras turísticas -plagadas de incrementos- de Barcelona durante el año pasado, que acaban de cerrarse y a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, que ayer avanzó los totales de un año récord. Madrid insufló más de 40.500 nuevos viajeros a la ciudad, ajenos a cualquier pulso político o futbolístico, en un año en que el turismo interior catalán menguó en 25.786 visitantes, aunque estos aún representen el mayor pellizco no extranjero en la ciudad, con 518.715 alojados. Y eso que las tradicionales cifras oficiales no incluyen los pisos turísticos, a los que el viajero nacional familiar está cada vez más enganchado.

Como avanzó este diario el pasado verano, la recuperación del turismo del resto de España -en caída libre por la crisis- se dejó notar en Barcelona ya desde principios de año. Una coyuntura altera de forma evidente la clasificación de estas procendencias. Se trata de los vascos, en alza hace unos años y que se convierten en el viajero que más crece en la ciudad catalana por obra y gracia de la final de la Copa del Rey. Esa invasión rojiblanca eleva a casi 176.000 su saldo, con un auge digno de los leones: 38,2% en un año.

EL EFECTO AVE

Pero en cifras absolutas, Madrid (descontando Catalunya) arrasa en volumen y ritmo. Solo Aragón se dispara con dos dígitos (14,4%) y con un mismo motor para ambas zonas: la conexión con AVE. Las promociones de Renfe en estas rutas han sido definitivas para animar el instinto viajero, con más escapadas de fin de semana. En Turismo de Barcelona enfatizan la difusión que el consorcio estuvo haciendo el año pasado en los trenes de este enlace sobre la tarjeta Barcelona Card para descubrir la metrópolis. También hubo acciones de promoción en todas las ciudades conectadas por esta red.

La recuperación se extiende a los procedentes de Andalucía y el País Valencià, aunque baja desde Balears. No obstante, el alicaído turismo español aumentó un 4,8% en Barcelona, hasta alcanzar los 1,69 millones de viajeros alojados en hoteles. En conjunto suman un 20,4% del turista que llega a la ciudad. Una cifra a años luz de los tiempos en que era mayoritario, pero cuyo retroceso durante la crisis no ha hecho mella en los saldos locales. De hecho una de las razones por las que Barcelona ha resistido mucho mejor la recesión que otras ciudades españolas ha sido su tirón internacional, muy superior al de la capital, y que le ha permitido no dejar de crecer. 

LOS MÁS RENTABLES

En el 2015 los foráneos fueron 6,12 millones, 351.730 más (5,6%) que en el año pasado, sin contar los millones que se alojan en apartamentos turísticos y en casas de conocidos, así como los que vienen para pasar el día. La tendencia sigue en ascenso en pleno debate sobre el modelo turístico y la forma de regular los flujos para evitar la saturación en algunas zonas. En este marco, la noticia de que EEUU vuelva a lo alto del podio (el año pasado fue tercero), convertido en el principal motor extranjero (724.285 viajeros) es aplaudida por el sector turístico, ya que se trata de una de las nacionalidades más rentables en la ciudad. 

Al proceder de rutas transoceánicas suelen hacer estancias más largas y elegir hoteles de categorías superiores. Su gasto es el más elevado entre las procedencias no comunitarias y también es de los más altos por persona y día, doblando el de un viajero nacional. Obviamente, la fiebre de los cruceros que parten de Barcelona para recorrer el Mediterráneo ha sido uno de sus principales reclamos, aunque la capital catalana también se ha afianzado como destino de moda al otro lado del Atlántico. 

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Interrogado sobre el magnetismo de la ciudad para los norteamericanos, el cónsul de general de EEUU en Barcelona, Marcos Mandojana, destaca que "cada vez más estadounidenses se sienten atraídos por la ciudad, que se ha convertido en un destino ineludible cuando viajan a Europa". ¿La llamada marca Barcelona tira a larga distancia?". Asegura que "es sobradamente conocida por fenómenos como Gaudí, la Sagrada Família, el Barça o los grandes nombres de la gastronomía". Y aunque alaba el mix "inmejorable" de cultura, historia, cocina, clima y paisaje, enfatiza que muchos estadounidenses llegan por negocios, por que en Barcelona ven "localización estratégica, innovación, talento e emprendeduría". Una razón más hay que situarla en el despliegue hotelero de cadenas estaodunidenses como Marriot International, Hilton o Ritz-Carlton, que absorben a estos viajeros que priman la seguridad y el servicio al alojarse.

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