Badalona bloquea la apertura de un macroprostíbulo de 22 camas

La nave de Can Ribó donde la empresa pretende inaugurar un prostíbulo, vista desde la carretera de Mataró, ayer.

La nave de Can Ribó donde la empresa pretende inaugurar un prostíbulo, vista desde la carretera de Mataró, ayer.

CARLES COLS / Barcelona

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Bajo el inequívoco nombre comercial de Calígula Star Club se presentó el pasado marzo en el registro del Ayuntamiento de Badalona una solicitud para abrir en la ciudad un establecimiento de pública concurrencia en el que se pretenden ofrecer espectáculos eróticos y brindar a los clientes que lo deseen una habitación en la que intercambiar dinero por sexo. La solicitud no utiliza esa palabra, pero es un prostíbulo. Con 22 habitaciones sobre plano, tal vez merezca el calificativo superior de macroprostíbulo, un negocio hoy por hoy inexistente así en toda el área metropolitana. Si del Ayuntamiento de Badalona depende, jamás abrirá sus puertas. «Creemos que incumple al menos un punto de la normativa de la Generalitat», asegura el alcalde Xavier García Albiol. Pero añade que, incluso aunque no fuera así, no firmará de su puño y letra una licencia de obras para ese negocio en la ciudad.

En cierto modo se puede afirmar que rebrota como el Guadiana una polémica ya conocida. Barcelona, con sus siete millones de turistas al año y sus decenas de congresos y ferias, es (consideraciones éticas al margen) una tierra muy fértil para plantar este tipo de local. Pero aunque la legislación autonómica lo permite, de forma oficial aún nadie lo ha logrado. Vista la respuesta del alcalde, parece que Calígula Star Club S.L. no será la primera en hollar este ochomil. «Si es necesario, me pondré en la puerta del local para parar las obras», dice García Albiol.

Solicitud exquisita

Fuentes municipales aseguran que la solicitud entrada en el registro el pasado marzo es inusual por su exquisita presentación. No es lo habitual, dicen. Al parecer, en un informe de varias páginas, los promotores del macroprostíbulo exponen primero de forma muy detallada qué legislación les ampara. Lo interesante, no obstante, viene en las páginas dedicadas a explicar el funcionamiento del establecimiento y, cómo no, en los planos del local. Es ahí donde se pueden contar las 22 habitaciones del piso superior y se intuye, con un mínimo esfuerzo de imaginación, cómo sería la sala de los espectáculos, en la planta baja. En un lugar central destaca (explican las mismas fuentes municipales) un pequeño escenario circular rodeado de sillas para el público. Por poco cine de Hollywood que se haya visto, cualquiera puede hacerse a la idea de las coreografías obscenas que allí se bailarán.

El local, en caso de ver la luz, superará los 2.000 metros cuadrados de superficie. Por tener, tiene hasta plaza de aparcamiento de vehículos para minusválidos. El horario previsto es de cinco de la tarde a cuatro de la madrugada. Viernes, sábados y vigilias de festivos, hasta las cinco. Dentro de esas horas, los dueños pretenden servir copas y alquilar las habitaciones a las prostitutas, que en ningún caso estarán en nómina. Serán simplemente trabajadoras autónomas del llamado oficio más viejo del mundo. ¿Y la dirección? ¿Cuál es? Ahí está la clave a través de la cual el ayuntamiento cree que podrá impedir la apertura.

Calígula Star Club pretende instalarse en una nave del polígono de Can Ribó, en el extremo norte del litoral de Badalona, en el número 28 de la calle de Joaquim Vayreda, aunque el acceso peatonal será a través de la carretera de Mataró. Parece en principio un lugar sin impedimentos. No hay, por ejemplo, vecinos residenciales cerca. Pero a dos parcelas de distancia está la discoteca Titus. El alcalde sostiene que es un motivo suficiente como para denegar el permiso, «porque ahí van menores de edad, aunque sean mayores de 16 años, y la normativa de la Generalitat establece un radio mínimo de 200 metros de distancia». No puede haber prostíbulos de forma legal al lado de una escuela, un parque infantil..., y, según García Albiol, por la misma regla de tres, tampoco al lado de una discoteca.

Una ciudad sin prostitución

Lo curioso del caso es que el alcalde ha tenido que ir a buscar en las normas de la Generalitat un motivo para denegar la licencia al Calígula Star Club porque en las ordenanzas de Badalona nada impide un negocio de estas características. La explicación de esa singularidad es simple. Badalona no ha tenido jamás una chincheta en el mapa de la prostitución en Catalunya, ni de calle ni de locales. Este es un tipo de negocio que en el área metropolitana lo sufren algunos municipios en sus carreteras y, sobre todo, Barcelona y el Baix Llobregat, con decenas de pisos y locales dedicados al comercio sexual.

El epicentro de toda esta actividad es, al parecer, la Fira de Barcelona y L'Hospitalet. Lo es en lo bueno y en lo malo. En Badalona, por ejemplo, hay solo dos hoteles. Las ciudades, asegura una fundamentada ley urbanística, crecen casi siempre hacia poniente. Hasta ahora, incluso la prostitución se ha regido por esta norma. Calígula Star Club pretende ser la excepción. García Albiol dice que no será así. Continuará.