IMAGEN INUSUAL EN UNA ZONA VERDE URBANA

Los jabalís llegan a L'Hospitalet

Agentes rurales se disponen a trasladar a los mamíferos, que yacen sedados en el parque, ayer.

Agentes rurales se disponen a trasladar a los mamíferos, que yacen sedados en el parque, ayer.

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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Fue su última gran aventura. Tres jabalís procedentes de Collserola, jóvenes, pero ya adultos como para campar a sus anchas sin su familia, descendieron de la sierra y emprendieron una larga incursión por la trama urbana que les llevó hasta uno de los lugares más alejados de su hábitat en el que ha sido localizada especie semejante: L'Hospitalet. Tras bajar supuestamente por el lado de Esplugues y atravesar sin ocasionar incidentes vías harto complejas como la Ronda de Dalt y la Diagonal, el trío se instaló de madrugada en el parque de la Marquesa, junto a la carretera de Collblanc, donde ayer por la mañana fue apresado ante una gran expectación vecinal por agentes rurales de la Generalitat, quienes los trasladaron a un centro de fauna de Medi Ambient.

La presencia de estos animales es habitual en los barrios más próximos a Collserola, y ocasionalmente se les ha podido ver en épocas calurosas en zonas más urbanas, ya que encuentran comida más fácilmente que en el bosque. Desde este verano se les ha localizado en los parques de la Guineueta (Nou Barris) y

Güell, en los alrededores de la plaza de Lesseps tras una breve excursión por barrios de Gràcia e incluso en el parque de la Pegaso (Sant Andreu). No obstante, ahora es época de uno de sus manjares favoritos, las bellotas, o sea, que alimento no les falta en su zona. ¿Qué hace entonces un jabalí en la ciudad?

SIN MIEDO AL HOMBRE / «Estos animales han cambiado de hábitos, muchos han perdido el miedo al hombre y se están domesticando», explica Jaume Torralba, jefe del Cuerpo de Agentes Rurales de Barcelona, quien también apunta a una «elevada densidad» de esta especie en la sierra de Collserola.

Más allá de la anécdota, el tema inquieta tanto a los responsables del parque como al Departament de Medi Ambient, ya que esta adaptación a la vida urbana aumenta el riesgo de accidentes y destrozos en los espacios verdes. «No son agresivos con las personas -asegura Torralba-, pero es muy preocupante que lleguen a la ciudad por temas de circulación». Y es que como ejemplo, el caso que nos ocupa, ya que los tres animales tuvieron un camino complejo hasta llegar a su destino, un periplo que afortunadamente realizaron cuando suelen salir de su hábitat, de noche o de madrugada, con escaso movimiento de tráfico.

Torralba apunta que podrían haber bajado por el lado de Esplugues, en tanto ese mismo martes hubo un aviso de avistamiento de jabalís en esa zona (probablemente eran estos), y debieron atravesar vías rápidas como la Ronda de Dalt y la Diagonal. También comenta, como dato curioso, que no son especialmente temerarios atravesando las calles: «Acostumbran a cruzar por los pasos de peatones», cuenta según le han explicado aquellos que los han visto en esas lides.

SACRIFICADOS / Como fuera que llegaran, la madrugada del miércoles la pasaron en el parque de la Marquesa, donde hasta que se personaron los agentes rurales fueron custodiados por la policía local de L'Hospitalet, que cerró el equipamiento para evitar incidentes. El fin que les esperaba no era nada halagüeño. Los agentes les sedaron con dardos y fueron trasladados a un centro. Se ha comprobado que una vez domesticados, si se les vuelve a dejar sueltos en Coll-

serola, es cuestión de tiempo que realicen una nueva inmersión urbana. Por eso, la opción es el sacrificio. Y entre las preventivas, recordar a los vecinos colindantes que no les alimenten para que mantengan su condición de salvajes.