mejoras de emergencia en un equipamiento deteriorado

La vieja perrera se reformará para aguantar cuatro años más

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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La marcha atrás municipal sobre la nueva perrera proyectada en el parque de la Oreneta, y la posterior decisión (forzada por la oposición y ERC) de ubicarla finalmente en Montjuïc ha sumado tantos retrasos que, al margen del dinero malgastado en proyectos y estudios, los perros se han convertido en las principales víctimas, ubicados en el degradado equipamiento de la Rabassada. De ese modo, el ayuntamiento se ve ahora obligado a realizar una reforma de emergencia que permita a la vieja perrera resistir los cuatro años que se calcula que pueden pasar antes de que los trámites urbanísticos y la ejecución del proyecto permitan estrenar la futura instalación.

El arreglo supondrá una inversión total de 700.000 euros, de los que 250.000 no serán a fondo perdido ya que las nuevas jaulas servirán también para la futura perrera de Montjuïc. Del resto del montante, 200.000 euros se invertirán en la logística necesaria para desplazar los animales a otros centros y gestionar su atención y adopciones mientras duran las obras, desde el próximo septiembre hasta febrero.

OTRO USO / Las mejoras que afronta la vieja perrera se hacen imprescindibles, tras años de decadencia. De hecho, esta fue concebida para acoger brevemente a las mascotas, ya que hasta el año 2003 se procedía a su sacrificio pasados unos días del ingreso. La instalación, pues, no estaba preparada para que algunos perros lleguen a pasar incluso años en el centro, como sucede en la actualidad con los ejemplares más difíciles de dar en adopción.

La concejala de Medio Ambiente, Imma Mayol, destacó ayer que en su actual ubicación resulta imposible ampliar el recinto, por lo que la única opción es atenuar los problemas que presenta la perrera llevando a cabo varias mejoras, encabezadas por la renovación de las jaulas, que serán un total de 101 construidas con acero y plástico. Estas se dispondrán de manera que los perros no queden encarados, y con habitáculos de diversos tamaños que permitan tener a los animales más asociales solos, y a algunos agrupados. Cada uno tendrá espacio cubierto para dormir y también de patio.

Además, se creará una caldera de calefacción por biomasa que aporte calor a través del suelo radiante, ubicada bajo la rampa de acceso a las diferentes cotas del equipamiento. El proyecto incluye también mejoras en la zona de atención veterinaria.

Mientras dure la reforma, un máximo de 40 canes podrán continuar en la Rabassada, mientras que hasta 90 (los que sean más difíciles de dar en adopción) se trasladarán a la residencia de Vic, y otros 20 irán a Argentona. Semanalmente serán trasladados si logran ser adoptados Por contra, las obras no afectarán al espacio destinado a los gatos.