Ter Stegen, el presente

El meta alemán calma al Barça al anunciar que seguirá y acabará la temporada de titular por la lesión de Bravo

Ter Stegen calienta al inicio del partido con el Betis en Sevilla.

Ter Stegen calienta al inicio del partido con el Betis en Sevilla. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Empezó de titular. Y acabará de titular. Arrancó el curso Ter Stegen, ese joven que detesta que le llamen «el portero del futuro», colocándose bajo los palos en la Supercopa europea y la de España, su perdición, y acabará en el mismo sitio en los tres últimos partidos que valen dos títulos. El meta alemán (24 años) ha vivido una temporada tan convulsa en la que ha estado tan dentro del Camp Nou como fuera, con más de media Inglaterra pendiente de él.

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Esperanzandos estaban aún los clubs británicos en llevárselo aprovechando el desasosiego de Ter Stegen por no sentirse indiscutible en el Barça. «Quiero seguir aquí», dijo el portero alemán a Barça TV en su más que correcto castellano, ese con el que ha sorprendido a sus propios compañeros, felices con la rápida integración de un joven al que no le han temblado las manos en ningún momento. Ni siquiera en sus malos días, coincidiendo, precisamente, con el inicio de esta temporada donde fue zarandeado por las críticas debido a su irregular rendimiento: encajó ocho goles (cuatro del Sevilla cuatro del Athletic) en dos partidos.

ADAPTADO AL CLIMA MEDITERRÁNEO

Pero ahora el meta alemán disfruta de  Barcelona y de su clima, feliz como anda exhibiendo ahora en las redes sociales sus excursiones marítimas por las playas de Gavà, donde ha instalado su residencia. «En Catalunya puedes comer muy bien, el tiempo está muy bien, mi novia es también muy feliz estudiando aquí», declaró el portero abriendo un horizonte nuevo sobre su futuro en el que la carrera universitaria de Daniela, su novia, también juega un papel fundamental. «Estamos muy bien, queremos seguir con la vida que tenemos aquí», aseguró el guardameta alemán, incluyendo a Daniela, adaptada al estilo de vida mediterráneo.

CAMBIO DE DISCURSO

En menos de dos meses, Ter Stegen ha cambiado el discurso. En marzo, antes de enfrentarse al Arsenal en el Camp Nou, dejó varias frases inquietantes sobre su continuidad. «¿Si escucharía ofertas? Es algo que me pregunta mucha gente, pero hasta final de temporada queda mucho tiempo. No sé cómo irá la situación, es fútbol, ya veremos como va...» Sabía que Inglaterra le ofrecía el número uno sin condiciones, huyendo de esa inusual cohabitación que ha mantenido en los dos últimos años con Bravo. El chileno juega la Liga; el alemán, Champions y Copa. ¿Y el Mundial de clubs que pertenecía a Ter Stegen? Ese lo acabó jugando Bravo, provocando el momento de mayor tensión.

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El Barça ha contado siempre con la fuerza de la cláusula de la rescisión del alemán (80 millones de euros), aunque asumía que si él deseaba forzar su salida no habría podido detenerlo. Y posibilidades ha tenido. Y sigue teniendo Ter Stegen, a quien ahora, coincidiendo con la lesión muscular de Bravo en el campo del Betis, le permitirá acabar en la titularidad. «Claro que estoy preparado», recalca Ter Stegen, cuyo último partido fue en el Calderón en la eliminación europea del Barça ante el Atlético (13 de abril). Pero no considera que eso pueda influirle en el derbi, ni tampoco en la última jornada en Granada (sábado 14 de mayo) o en la final de Copa (22).

PENDIENTES DE BRAVO

Estos tres partidos debían repartirse los dos porteros que han convivido de manera absolutamente profesional en estos dos años de Luis Enrique. Más que amigos, son compañeros. Uno tenía lo que quería el otro. Ter Stegen envidiaba la regularidad liguera de Bravo y esa placentera sensación de jugar cada semana. El otro disfrutaba de lo que más echaba de menos su colega: asomarse a los escenarios y el glamour europeo que desprende la Champions. El técnico, entretanto, gozaba con esa extraordinaria competencia, aunque quizá no se pueda prolongar en una tercera campaña.

    Con 33 años, Bravo, cuya cláusula de rescisión es de 40 millones, deberá decidir si agota su contrato en el Camp Nou hasta el 2018 o emprende una nueva y última aventura. El club, de momento, no da pistas, por mucho que esa reveladora confesión del joven alemán («quiero seguir aquí») haya calmado esa silenciosa tormenta que se ha vivido bajo los tres palos tras la marcha de Víctor Valdés. Superado, y con notable éxito ese trauma del adiós del meta catalán tras la acertada elección de Zubizarreta, el Barça empieza a tranquilizarse con Ter Stegen.