Alerta por otro volcán

Nuevas erupciones en Islandia amenazan el desplazamiento a Wembley del Barça y la afición

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Un volcán se cruza de nuevo en el camino del Bar-

ça. No es el mismo del año pasado, de impronunciable nombre, sino otro, pero radicado igualmente en Islandia. A falta de cuatro días para el viaje del equipo (el jueves) y de seis para la final (sábado), la alarma se ha disparado por el problema de gigantescas proporciones que se crearía ante el masivo desplazamiento a Londres de 25.000 personas. El recordado precedente del mes de abril del 2010 no invita al optimismo, con el caos aéreo que se originó en toda Europa.

La reciente experiencia ha motivado que las autoridades aéreas y los expertos vulcanólogos sigan con atención la actividad del Grimsvötn, cuyas erupciones empezaron el sábado por la noche. Islandia cerró ayer su espacio aéreo después de que una columna de humo y ceniza alcanzara los 20 kilómetros de altura. La Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea, Eurocontrol, celebró ayer una teleconferencia entre representantes de Inglaterra, Francia y España para observar la evolución del volcán. Las autoridades calculaban ayer que la nube volcánica alcance la costa escocesa el martes y se propague el jueves al oeste de Francia y el norte de España si persiste en las próximas horas la misma actividad. La última erupción del Grimsvötn data del 2004 y duró pocos días, pero los expertos islandeses dijeron que el inicio de las nuevas explosiones era el más importante del siglo.

EN GUARDIA / El Barça anda en guardia. No ha desaparecido el amargo recuerdo de la convulsión que suscitó el volcán Eyafjalla. No solo por el monumental enredo que provocó en los vuelos de toda Europa, sino por la incidencia que tuvo al coincidir con su desplazamiento a Milán para dirimir la ida de las semifinales ante el Inter.

El Barça jugó y empató el derbi ante el Espanyol (0-0) y al día siguiente emprendió un largo viaje en autocar que consumió dos jornadas y una parada en Cannes para dormir. El equipo de Guardiola perdió en San Siro (3-1) y no pudo remontar en la vuelta (1-0).

PERJUICIO MAYÚSCULO / Si el volcán islandés sigue en erupción y los vientos empujan hacia el sur la nube de ceniza (más densa, más pesada y, por tanto, más lenta para ser desplazada), el problema sería de mayor dimensión que la diferencia de distancia entre Barcelona a Londres (1.150 kilómetros) a la que existe con Milán (980). Para empezar, anda en juego el título de la Champions. A una carta, sin partido de vuelta. Con 10 meses de cansancio en las piernas.

El desplazamiento incluiría el paso por el canal de la Mancha. Si fuera por vía férrea, obligaría a dos cambios para aprovechar la velocidad del tren de alta velocidad. Por ahora, solo existe la conexión entre Figueres y París y, desde ahí, el Eurostar hacia Londres. El mayúsculo inconveniente para el equipo se convierte en colosal para los aficionados. El perjuicio sería irreparable si el cierre del espacio aéreo alcanza al norte de España. Más de 24.000 personas han contratado ya aviones para ir a Londres, y deberían buscar vías alternativas.