La segunda transición de Navarro

El PSC es una de las muchas ambigüedades de la transición. Como explicó Josep Tordera en su blog (http://joseptordera.blogspot.com.es/ ), unos lo fundaron como recreación de la Federación Catalana del PSOE y otros como partido soberano. De la misma manera que unos votaban a CiU pensando que era la Lliga de Cambó y otros convencidos de que era la Esquerra de Macià. Y de similar manera, unos votaron la Constitución convencidos de que era el inicio de un Estado federal y otros persuadidos de que era la actualización de las provincias de Javier de Burgos. Y así hasta llegar al Rey, que para unos era el heredero de Franco, para otros la encarnación de la Monarquía y para los más simplemente Juan Carlos. El paso del tiempo, el relevo de las generaciones que administraban esas ambigüedades y, sobre todo, la crisis de confianza de la sociedad respecto de la política han marcado el fin de las medias tintas. El Príncipe y los sucesores de Rajoy y de Rubalcaba, sean quienes sean, están llamados a construir un nuevo consenso basado en nuevas ambigüedades. En ese contexto hay que situar las dos recientes propuestas del líder de la nueva generación que manda en el PSC, Pere Navarro: la abdicación del Rey en el príncipe Felipe y la reelaboración del pacto entre socialistas catalanes y españoles.

Más democracia

Con la primera idea intenta influir en la agenda política pos-Juan Carlos, y con la segunda deja claro que el PSC acepta la nueva ambigüedad del catalanismo -el derecho a decidir- sin subordinarse a la interpretación que de la misma haga Artur Mas en cada momento. Lo más importante de este movimiento no es su dirección ni su intensidad, sino su misma existencia. Vuelve a haber vida inteligente en el PSC capaz de cohesionar a la militancia como primer paso para reconectar con los votantes, viejos pero sobre todo nuevos. Navarro y los suyos miran adelante en lugar de lamerse las heridas del pasado. Están con la Constitución como método pero no como corsé. La segunda transición que proponen no ha de ser para volver a la federación catalana del PSOE ni a las provincias. El PSC quiere más democracia, para Catalunya y para España.