entrevista con la Coach en liderazgo e inteligencia emocional

Elena Guillomía: "Los niños entienden mejor las razones que la autoridad"

Elena Guillomía

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ERICA ASPAS / Barcelona

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Basada en su experiencia profesional, pero también en la vivencia como madre de dos hijos, la madrileña Elena Guillomía ofrece hoy la conferencia Padres efectivos: padres afectivos, en la que dará claves y consejos para una educación más positiva.

-¿Para quién está pensada su conferencia?

-Es una charla para padres sobre los padres. Pueden venir padres de todo tipo, incluso los que todavía no lo son.

-El modelo ha cambiado.

-Ni los niños ni los padres de ahora son como los de antes. Los niños requieren mucho más de nosotros. Todo radica en el modelo parental que se utiliza. Los autoritarios, los permisivos y los chantajistas emocionales o el padre afectivo, que es el más asertivo y enseña a través de la inteligencia emocional.

-¿Tanto influye un padre en su hijo?

-Lo que los padres hacen es lo que los niños repiten. Utilizamos las técnicas que hemos visto y que consideramos apropiadas. Ahora ya disponemos de más herramientas que debemos conocer y, entonces, decidir y actuar

-¿Qué falla en su autoestima?

-Les fallamos nosotros, no les damos el ejemplo más adecuado. Hay padres que se sienten culpables porque trabajan mucho y les compran muchas cosas a sus hijos para compensar. Hay que dedicarles tiempo, aunque sea poco, pero de calidad. Escucharlos e incluirlos en la vida de la pareja.

-¿Cómo saber si se hace bien?

-Observando a los niños. No existe el título de padre y mucha gente no está preparada.

-¿El «padre amigo» es eficaz?

-No. Los niños ya tienen amigos en el colegio. Necesitan un padre que les enseñe normas y que el fracaso no es un problema, sino un escalón más hacia el éxito. Debe tener un ejemplo adecuado de cómo comportarse; si no es cuando salen los niños consentidos.

-¿Cómo se evita?

-Hablando. Los niños entienden mejor las razones que el «porque sí» o «el porque no». Por mucha autoridad que se imponga no sirve porque ellos necesitan un «para qué» se hacen las cosas.

-¿Los mimos ayudan?

-Sí, pero sin tener a los padres enganchados todo el día a la espalda. Hay que premiarlos cuando se lo merecen.

-¿Y castigarlos?

-Deben ser castigos hablados con el niño, que sepa de antemano lo que le puede pasar y que sean adecuados a lo que ha hecho.