El ruido de una explosión

Una de las cajas negras del avión A231 de la compañía rusa Metrojet ha confirmado el carácter «brutal» y «súbito» del fenómeno que precipitó la caída del avión en el desierto del Sinaí, según indicaron en París fuentes próximas la investigación. Según los datos de la caja que registra los parámetros de vuelo, «todo era normal, absolutamente normal durante el vuelo y súbitamente, ya no había nada», revelaron las fuentes a la agencia France Presse.

Estos datos vendrían a confirmar el "carácter inmediato y súbito del suceso", según las mismas fuentes, que señalaron que también se estaba analizando la caja que contiene las conversaciones de la tripulación. Otro de los investigadores indicó al canal de la televisión pública francesa France 2 que el ruido de una explosión se escucha claramente en las cajas negras. Además, las fotos de los restos del aparato aparecen llenos de impactos que van del interior al exterior, lo que avala aún más la tesis de un «artefacto».

Con estas informaciones, se «prioriza fuertemente la tesis del atentado», señaló otra fuente próxima a la investigación. «La hipótesis una explosión que tuviera como origen un fallo técnico, un incendio u otra cosa, aparece altamente improbable porque los grabadores hubieran señalado alguna cosa antes de la ruptura y/o los pilotos se habrían manifestado», añadió. Para los expertos, la hipótesis de un explosión accidental tan brutal es posible pero pero subrayan: «Un avión no deja de transmitir datos en plena altitud de crucero si no hay una explosión brutal».

AL POCO DEL DESPEGUE

El contacto con el A321 que volaba entre Sharm el Sheij y San Petersburgo se perdió 20 minutos después del despegue a las 5.51 hora local, cuando el aparato volaba a una altitud de más de 30.000 pies (9.144 metros).

Los restos del avión quedaron esparcidos en un área de 40 kilómetros en una zona desértica del norte del Sinaí, cerca de la localidad de Al-Hassana.