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Distintos, incluso ante la muerte

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, este lunes, en València.

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, este lunes, en València. / MIGUEL LORENZO

Amistades Peligrosas

En junio de 2015 un compañero de trabajo falleció en Buenos Aires. La causa que originó su muerte, (determinada después de dos autopsias), fue un infarto. Sí, le hicieron dos autopsias porque en la primera no efectuaron un examen completo toxicológico que pudiese indicar con absoluta claridad que la causa de la muerte no hubiese sido provocada, por ejemplo, por un envenenamiento.

Como todos saben, el fiscal Maza también ha fallecido recientemente en Buenos Aires, no se le ha practicado ninguna autopsia y en tres días su familia ha podido velar su muerte y enterrarlo.

En el caso de mi compañero, que también estaba trabajando en Buenos Aires, tardaron mes y medio en trasladar su cuerpo a la población donde vivía en la provincia de Barcelona. Se pueden imaginar el dolor de su esposa, sus dos hijos y su madre en el momento en que se les informó del suceso. Se pueden imaginar lo que es un mes y medio esperando la repatriación de la persona querida.

A su familia y a todos sus amigos y compañeros de trabajo nos gustaría saber qué 'tecla' tenemos que tocar para poder zanjar de una forma tan rápida, como en el caso del fiscal Maza, un episodio tan doloroso. En caso de que nos ocurra algo parecido estaría bien saberlo. O quizá estas 'teclas imaginarias' no están al alcance de todos. Sí, supongo que debe ser eso, otro caso donde queda en evidencia que no todos somos iguales ni disfrutamos de los mismos derechos. Ni siquiera ante la muerte.

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