Aroma de Cruyff, aroma de Barça

En el Camp Nou un sentimiento común y una gran tristeza une a todos. Mucha emoción, lágrimas incontenibles y recuerdos, muchos recuerdos, de momentos inolvidables. Muchos culés; gente agradecida hacen cola por hacer patente su agradecimiento por el legado recibido.

En el decorado la inevitable oficialidad, con rostro fúnebre pero tan duro como siempre, intentando cubrir un guion escrito con letras torcidas. No saben cómo lamentar la ausencia de alguien al que han repudiado. Solo hablan de homenajes de artificio, de personalidades, de 'share' televisivo.

No son capaces de percibir que estos días, en el Camp Nou, el ambiente está impregnado de un intenso aroma, aroma Cruyff, ese aroma al que intentaron verterle vinagre, reducirlo con malos olores, un aroma fresco de libertad, alegría, de insumición, de rabia profunda; aroma Cruyff con olor a Assemblea de Catalunya, a brazalete cuatribarrado, a se llamará Jordi 'per collons', a 'gallina de piel', 'a guanyarem a Wembley',  a colores -sin grises- de optimismo, a reconocimiento, a gracias, gracias y mil veces gracias, a lágrimas de la fuente del pueblo llano.

Exquisita la actitud de la familia queriendo agradecer el cariño unánime del barcelonismo.Jordi también es Cruyff. Mientras, la oficialidad 'en un momento dado' frotándose los ojos para provocarse llanto, llanto seco y el nietísimo, intentando cual Sabina culé "que todas las lunas sean lunas de miel". Lo corrosivo de la hipocresía no es el doble discurso sino la doble moral.

Cuando un niño/a llegue a la Masía por primera vez, que "alguien" les hable media hora de Cruyff y de su obra. Será el mejor entrenamiento que puedan recibir para que, a partir de ese momento, puedan respirar aroma Cruyff , el inconfundible aroma Barça. Johan Cruyff, aroma eterno.