Medié Jiménez: "Las decisiones más difíciles son las manos"

Entrevista con el árbitro catalán, nacido en Sabadell, que acaba de ser ascendido a Primera División

David Medié Jiménez posa en el estadio de atletismo de Sabadell tras al entrevista mantenida con EL PERIÓDICO.

David Medié Jiménez posa en el estadio de atletismo de Sabadell tras al entrevista mantenida con EL PERIÓDICO. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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David Medié Jiménez, nacido en Sabadell hace 32 años, será el tercer árbitro catalán en Primera División. Acaba de ascender, uniéndose así a Alfonso Álvarez Izquierdo y Xavier Estrada Fernández. Medié representa la imagen del árbitro vocacional que pita desde los 14 años.

¿El nombramiento le brindó uno de los días más felices de su vida? Profesionalmente se puede definir así. Ha sido la consecución de un sueño que tenía cuando empecé.

¿Aspiraba a llegar a Primera? Llegar a Primera es lo máximo en cualquier ámbito, pero el objetivo inmediato es subir a la categoría superior a la que estás. Los objetivos lejanos se consiguen cumpliendo los más cercanos.

¿Qué le motivó a dirigir su primer partido? Empecé sin saber mucho dónde me metía. Yo jugaba a fútbol, pero mi padre era árbitro e iba a ver sus partidos. Mi primer partido no me llamó mucha la atención. Poco a poco valoré aspectos positivos. Te forma como persona. Has de impartir justicia en un campo de fútbol, has de tomar decisiones…A veces eres la persona más adulta del campo, aunque no sea así. Pitaba en Tercera Regional a jugadores que me doblaban la edad, y demostraba ser la persona más madura del campo.

"A veces eres la persona más adulta del campo, aunque no sea así. Pitaba en Tercera Regional a jugadores que me doblaban la edad. Los padres son muy mal hablados; son los peores porque lo viven con sentimientos al jugar sus hijos" 

¿Se acuerda del primer partido? Un prebenjamín de fútbol-7 Ripollet-Santa Perpètua. Quedaron 10-2. Me sentí muy raro porque venía de jugar y estaba ahí en medio, sin poder tocar la pelota. Pasaban cosas y las miraba casi como un espectador. Al principio cuesta verte ahí. Luego cuesta asimilar los insultos.

¿En el primer partido, ya? En el segundo. En Sant Cugat escuché los primeros insultos. Es muy triste que un chaval de 14 años, que se desplaza en tren y en autobús con su mochila y su ilusión, reciba insultos de padres, de adultos.

¿No se lo esperaba siendo hijo de un árbitro? Sí, pero al principio no estás acostumbrado. Aflora la impotencia. Luego ni los oyes.

¿La impotencia de no poder responder? No, la impotencia de sentir que haces algo que crees justo, de buena fe, y que por un fallo te insulten. Es pasarse tres pueblos.

"Me sentí muy raro en mi primer partido porque venía de jugar y estaba ahí en medio sin poder tocar la pelota. Pasaban cosas y las miraba casi como un espectador. Los insultos llegaron ya en el segundo partido"

¿Los insultos cambian con las categorías: suben de gravedad, de decibelios…? No está relacionado con la categoría; se corresponde con la gente que haya en el campo. Los padres son muy mal hablados. Son de los peores, porque lo viven con sentimientos: a su hijo le dan patadas, le hacen faltas, le pitan un penalti... Pero se llega a unos límites que no son correctos.

¿Cuándo pensó que podría dedicarse a ser árbitro? Desde que subí a Segunda, hace cinco años.

¿Y qué quería ser de niño? Como todo el mundo, futbolista y de los buenos. Me di cuenta de que solo sería futbolista.

¿Es necesario haber sido futbolista para ser árbitro? No es necesario reglamentariamente, pero es muy positivo. Has tenido sus sensaciones, sus sentimientos. Le comprendes cuando ha fallado. Pero eso no significa que no debas hacer cumplir las reglas.

"Miro los partidos con papel y boli, apuntando las jugadas en las que he fallado. No es tanto ver si te has equivocado o no, que lo ves enseguida, sino ver el porqué te has equivocado y cómo no te habrías equivocado"

¿Los jugadores de Primera son los que más saben también en engañar? No depende de categorías, sino de jugadores. Es evidente que sería un deporte más limpio si el futbolista no intentara engañar, pero como siempre lo he visto así lo considero hasta normal. Cuando te engañan y tú te equivocas, no te hace gracia. No voy a cambiar el fútbol; debo anticiparme sabiendo cómo cae un jugador. ¡Tiene más mérito incluso acertar cuando quieren engañarte!

¿Cómo progresa técnicamente un árbitro? Con la experiencia, extrayendo conclusiones de tus decisiones. No es tanto ver si te has equivocado o no, que lo ves enseguida, sino ver el porqué te has equivocado y cómo no te habrías equivocado: por la posición, por la precipitación, por la visión…

¿Mira los partidos que ha arbitrado? Claro. Todos. Con papel y boli, apuntando todas las jugadas en las que he fallado y apuntando cómo no habría fallado.

"Las decisiones más difíciles de tomar son las manos. Es difícil valorar si está despegada del cuerpo, si contacta de manera voluntaria o no con el balón... Son jugadas muy rápidas" 

¿Tiene asumido que nunca pitará un clásico? Es lo primero que asumí cuando empecé a arbitrar.

¿Cuál es su mayor preocupación cuando sale al campo? Hacerlo lo mejor posible a partir de la primera decisión. Tomamos alrededor de doscientas.

¿El mejor amigo del árbitro será el VAR? Está en fase de estudio. Habrá que ver cómo funciona. No compete solo al árbitro, sino a todo el mundo del fútbol. Algo tendrán que decir los jugadores, los entrenadores, los aficionados…

¿Cuáles son las decisiones más difíciles de tomar? ¿Los penaltis, los fueras de juego…? Son las manos. Es difícil valorar si está de despegada del cuerpo, si contacta de manera voluntaria o no con el balón... Son jugadas muy rápidas.

¿Cuál es la compensación que recibe como árbitro? Mi propia satisfacción personal, que no es poco.

"Es imposible mirar un partido como aficionado cuando empiezas a arbitrar. Yo soy del Árbitros club de fútbol. Un aficionado quiere que su equipo gane, yo quiero que el árbitro lo haga bien" 

¿Cuando mira un partido lo hace como aficionado o como árbitro? Es imposible mirarlo como aficionado cuando empiezas a arbitrar. Obviamente porque no tienes afición por ningún equipo. Miro al compañero que pita e intento que me sirva lo que hace en el campo, sea de la liga inglesa, italiana o alemana para aprender y mejorar.

¿El mito de que los árbitros no son de ningún equipo es verdad? En mi caso, sí. No sé los demás. Empecé muy joven y no tuve tiempo de decidirme por ningún equipo. Conforme vas arbitrando, aunque cueste de entender, te gusta el fútbol para ver a los árbitros y disfrutas del buen fútbol y de un árbitro que lo hace bien.

¿Usted es del Árbitros CF? Sí, soy del Árbitros club de fútbol, exacto. Igual que un aficionado quiere que su equipo gane, yo quiero que el árbitro lo haga bien.