LOS MALOS HÁBITOS VIALES

¿Por dónde viene el ciclista?

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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No hay nada peor que el hábito, la costumbre y el automatismo cuando se trata de seguridad vial. Añadan la cantidad de gente abducida por su teléfono; despistada, sin atender. Barcelona está llena de estas actitudes mecánicas, de peatones que cruzan sin mirar porque han memorizado la frecuencia, la dirección, porque tienen detectado el peligro de una ruta que conocen como la palma de su mano. Por eso los carriles bici de doble sentido son un dolor de muelas. Porque cambian las normas de juego, porque descolocan. El consistorio parece que se ha dado cuenta, así que en la trama Eixample, aseguran fuentes conocedoras del proyecto de extensión de la malla ciclista, se evitarán. Y algunos de los existentes, quizás se eliminen.

El ayuntamiento empezó a instalarlos de manera intensiva en el mandato anterior, bajo la premisa de que técnicamente son más fáciles y económicamente, más baratos. En resumen, hay que tocar menos cosas, menos calles. Esta virtud, sin embargo, genera situaciones de riesgo.

ACCIDENTE ASEGURADO

El peatón que llega a la calle de Girona y distingue por dónde vienen los coches, si es nuevo en la zona, no se dará cuenta de que en dirección hacia el mar puede bajarle un ciclista que, además, llevará una buena velocidad porque es bajada. Si decide cruzar al no ver vehículo alguno, puede que coincida con ese ciclista camino de la Ciutadella o la playa. Accidente asegurado. Culpable: el viandante que cruza en rojo. Responsable moral: ya es más discutible, pero habrá quien quiera señalar al ayuntamiento por no tener en cuenta los peligros que conlleva permitir los pedales contra dirección. 

Sucede lo mismo con el conductor que también sube por Girona y gira a la izquierda por Aragó. Si tiene a bien, que esa es otra, mirará por el retrovisor de su lado por si un ciclista de subida, que tiene prioridad según dicta la ordenanza, quiere seguir en dirección norte. Lo que quizás no tenga en mente es la posibilidad de que de bajada se le cruce otra bici que también puede pasar primero. Esto sucede a escasos metros del paso de peatones, donde el auto también deberá detenerse. En definitiva, el conductor, al realizar ese giro, debe estar pendiente de las bicis que suben, de las que bajan y de los viandantes que cruzan. Para algunos, quizás sea pedir demasiado.

REPLANTEAR CORREDORES

Una fuente conocedora del proyecto de extensión de carriles ciclistas asegura que el ayuntamiento solo pintará doble vial fuera de la trama Cerdà, que toca el Eixample, Sant Martí y algunos pedazos de Horta-Guinardó. Incluso algunos de los ya existentes, como el propio de Girona o el de Londres, podrían replantearse. Ambos casos están en estudio, pero la propuesta es que el sentido de bajada de Girona se traslade a Bruc, y el sentido Besòs de Londres se mueva a París.

No solo se haría para mejorar la seguridad y para evitar despistes. También por una cuestión de capacidad, pues la malla de corredores ciclistas del Eixample cada vez tiene un uso más intensivo, sobre todo, por parte de grupos turistas que colapsan el doble sentido. Si se tiene en cuenta que no se cumplen las medidas mínimas para diseñar un buen carril bici, separarlos no parece ninguna tontería.