MULTITUDINARIAS CELEBRACIONES EN LA CAPITAL CATALANA

Los barceloneses se vuelcan en la oferta más tradicional de la Mercè

XABIER BARRENA
BARCELONA

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Cabe suponer que las grandes televisiones mundiales, tipo BBC, CNN, Al Jazeera y Caracol TV, aprovecharon el día de ayer para llenar el zurrón de bonitas imágenes sobre la cultura tradicional catalana, ahora que todo pinta a que sus noticiarios se van a ver salpicados (de vez en cuando, que nadie se haga ilusiones) por aquello de la construcción de las estructuras de estado que parece que propone el president Artur Mas. Y es que no en vano, las fiestas de la Mercè son, de largo, las que más oferta conjunta de cultura tradicional catalana ofrecen. Quizá porque el día nacional no es una fiesta, sino la conmemoración de un desastre. Sea por lo que sea, el centro más céntrico de Barcelona, las calles que rodean la plaza de Sant Jaume y la catedral, se vieron atiborradas de personas para ver la clásica oferta de sardanas y castellers. El orden (el seny) y el riesgo (la rauxa). Por la tarde noche, no lejos de ahí, pero en la más ancha Via Laietana, decenas de miles de personas (80.000 según la Guardia Urbana) siguieron la rúa de fuego del correfoc y su abanico de animales de fuego, el bestiario, asimismo en esa línea arriesgada y audaz que también define a los catalanes, si hay que hacer caso del tópico.

El gentío madrugó para lo que es un domingo. Especialmente si pintaba bochornoso y desapacible. Los accesos a la plaza de Sant Jaume, poco después de las 10, estaban ya más que llenos para ver la actuación de los falcons. Esta especialidad, nacida hace un siglo, consiste en la recreación de figuras geométricas y artísticas, tales como pirámides. Tiene un obvio parecido con los castells. Aunque con una diferencia: se realizan sobre un escenario, al menos ayer.

'ANXANETA' OCULTO / El problema, que no debería ser tal, es que en el entramado de la plaza de Sant Jaume, el ultimo falcó en coronar la figura, siempre un niño anxaneta por motivos obvios, quedaba ocultó tras el cartel de Mercè 12 que preside el escenario.

Atentos a sus evoluciones se encontraban entre el público numerosos turistas. Se notaba por su interés, su pose relajada y, sobre todo, por la abultada guía Lonely planet o The Rough Guide que asomaba del bolsillo trasero de más de uno.

Tras los falcons, y ya en medio de la plaza, llegaron los castells, a las 12 del mediodía, que vendría ser el equivalente a las taurinas cinco de la tarde. En la primera de las dos jornadas programadas -la otra, esta mañana, el día de la patrona-, las dos colles invitadas, Minyons de Terrassa y Castellers de Vilafranca, completaron la torre de 9, convirtiendo Barcelona en la cuarta plaza donde más castells de gama extra (figuras a partir del 3 de 9 amb folre) se han levantado.

Mientras, frente a la catedral, se iban componiendo sardanas. A ojo de buen cubero se pudieron distinguir dos tipos de colles. Aquellos donde las féminas usan faldas a medio camino de cheerleader y de Peggy Sue, a lo American Graffiti, y las que han optado por un mucho más elegante traje hasta los pies.

TRADICIÓN NUEVA/ La jornada festiva, al margen de la musical, acabó ayer con el espectacular y multitudinario correfoc, que discurrió entre la plaza de Antoni Maura (junto a Via Laietana) y el Consolat de Mar, una tradición de solo 32 años que nació con los ayuntamientos democráticos y que ahora es uno de los actos irremplazables.