Palomy y Pablo López ('La Voz', A-3 TV). Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal.

periodico

Han acertado con los jurados, con los los llamados coaches. Paulina Rubio, en el papel de transmisora del empoderamiento femenino; Antonio Orozco, locuaz y desbordante de simpatía;  Pablo López, rebosante de ternura, y Luis Fonsi, sumergido en una deliciosa ingenuidad sutil. Han acertado con el horario: nos pudimos acostar a las 0.30  y no cerca de las dos de la madrugada como suele ocurrir en este tipo de programas de tanta envergadura. Han acertado con el casting de aspirantes. Hubo dos, concretamente, que dejaron huella. De esas huellas que tanto codician los canales de televisión y que tan raramente se producen. Me refiero a la actuación de Palomy, una joven de Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real) que hizo brincar a Pablo López, abandonó su trono de jurado, pisó el escenario, se sentó al piano y cantó con ella ese tema suyo, tan profundo, Ángel caído, que puso al público de pie aplaudiendo a toda mecha. No es de extrañar que después del clima conseguido Palomy le dijese a Pablo, totalmente subyugada: «Yo quiero ir al fin del mundo contigo ¡y casarme contigo!».