Desmantelado un taller clandestino de fabricación de explosivos en Barcelona

Europa comprendió con el atentado de Anders Breivik en Noruega en 2011que debía estar atento a las compras de productos que podrían funcionar como precursores de bombas caseras. España no tomó nota del aviso y en agosto de 2017 la célula yihadista de Ripoll compró cantidades industriales de acetona para fabricar un explosivo con el que pretendía atentar contra el templo de la Sagrada Família. La historia es conocida: la bomba que preparaban en un chalé de Alcanar era TATP, conocido popularmente como 'La madre de Satán', estalló accidentalmente y el ataque que planeaban acabó siendo un atropellamiento masivo en La Rambla. España entonces sí tomó buena nota.