Javier de Riba crea un falso suelo modernista en una finca abandonada

Javier de Riba

Con dos exposiciones invita la Casa Elizalde desde el 13 de septiembre y hasta mediados de otoño a reflexionar sobre quién es el dueño de aquello que en el caso de Barcelona (sin que sea una pretendida broma) hasta tiene un instituto municipal encargado de la materia, el paisaje urbano, gigantesco sarcasmo si se tiene en cuenta que de camino a casa o simplemente de paseo por las calles lo más común es que en esta ciudad precisamente eso, el paisaje, sea una invitación constante al consumo. María López y Javier de Riba, las dos almas del colectivo Reskate, presentan, por una parte, ‘Reacció’, un repaso a los murales con los que, siempre con permiso de las autoridades, ambos han decorado distintas ciudades y pueblos de Europa con una idea provocadoramente deliciosa, que las paredes son algo así como redes sociales analógicas a través de las que pueden expresarse puntos de vista. La otra exposición, ‘Pells’, lleva la firma solo de De Riba y repasa su trayectoria con lo que en estas páginas fue calificado en 2015 como el ‘grafiti decimonónico’, porque con plantillas, aerosoles, mucha paciencia y un poco de ‘esprit de chicane’ este artista pinta falsos suelos de pavimento hidráulico en edificios abandonados. El resultado nunca deja de sorprender.

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