Unos vecinos del Eixample sufren un infierno de ruido debido a 3 macro obras simultáneas en un radio de 50metros

JORDI OTIX

"Bum, bum, bum”, exclama el pequeño Marcel de 2 años acompañando con su bracito los golpes de mazo que, junto al taladro percutor, hacen vibrar la pared medianera de su casa. Son las nueve de la mañana. Bienvenidos al infierno antrofónico de Barcelona, el ruido urbano condensado en una manzana del Eixample, concretamente en la calle Mallorca entre Balmes y Rambla de Catalunya. En este tramo, además del habitual tráfico atronador, coinciden tres obras que han convertido la vida cotidiana de muchos vecinos en una tortura.