Obras fuera de horario en el Camp Nou

Manu Mitru

Es temprano, mucho, cuando la alarma de un buggy que da marcha atrás resuena entre los restos del Camp Nou y se propaga más allá de la explanada patas arriba del coliseo del Barça, más atrozmente desfigurado si cabe al despuntar el día. Falta poco para las siete de la mañana y el zumbido atraviesa la reja del estadio en reconstrucción, se expande por la Travessera de les Corts y rebota por las placetas y las travesías próximas. El sonido quiebra la ligera calma que antecede a la atronadora rutina de Barcelona. A esa hora, aún entre dos luces, apenas circula tráfico y el pitido intermitente percute más de una vez en pocos minutos. Prorrumpe en la calle y los pisos, cuando media ciudad duerme y la otra justo se despereza. 

Temas

Camp Nou