Precariedad creciente

Se confirma: trabajar a estas horas perjudica tu salud

¿Por qué preferimos el horario de verano si es el 'peor'?

Este es el plan de los expertos para suprimir el cambio de hora en España

Archivo - Una persona trabajando con su ordenador

Archivo - Una persona trabajando con su ordenador / MINISTERIO DE TRABAJO - Archivo

Alexandra Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay un sinfín de estudios que escrutan la jornada laboral, más allá de debatir cuántas horas se deben trabajar a la semana o de dictaminar que hacerlo de noche es perjudicial para la salud. A eso se une la iniciativa de la reforma horaria, que impulsa cambios en los horarios de nuestra vida cotidiana y laboral para ganar tiempo al tiempo y mejorar así nuestra salud y calidad de vida. Al margen de trabajar 40 o 37,5 horas a la semana, o de suprimir el cambio de hora en España, tener un buen horario laboral es fundamental. Un estudio científico ratifica esa afirmación y va más allá: trabajar según a qué horas, incluso de día, tiene efectos contraproducentes para nuestro cuerpo y mente.

Aparte de sentenciar que trabajar de noche es malo, un equipo de la Universidad de Nueva York ha analizado si los patrones de empleo en la edad adulta más joven estaban asociados con el sueño, la salud física y la salud mental a los 50 años. La respuesta es afirmativa. En concreto, hacerlo fuera del horario estándar. Pero, ¿qué se entiende por habitual?

El horario diurno tradicional se considera aquel que va entre las 9.00 y las 17 horas. Vaya, que si empiezas a trabajar a las ocho, algo muy común en España, eso te pasa factura a largo plazo, aunque parezca mentira. Sucede lo mismo si lo haces hasta las 21 horas, como establece el horario comercial de este país.

Lista de consecuencias

Según la investigación, publicada en la revista de acceso abierto 'Plos One', las personas con horarios más volátiles (turnos cambiantes, nocturnos o fuera del estándar) duermen menos, tienen una peor calidad de sueño y son más propensas a tener síntomas depresivos a los 50 años en comparación con las que trabajan de 9.00 a 17.00 horas a lo largo de su carrera laboral.

La autora del estudio, la doctora Wen-Jui Han, afirma que los horarios de trabajo fuera de lo común están vinculados con la falta de sueño, la fatiga física y el agotamiento emocional, haciendo más vulnerables a las personas a una vida poco saludable. Pero no solo a nivel físico y mental. Ese ritmo de vida también pasa menoscaba la vida social y las relaciones con la familia, manifiesta Han. Además, los efectos de los horarios laborales son acumulativos sin que los trabajadores sean conscientes de ello.

"Vulnerabilidad para una vida saludable"

"Se supone que el trabajo debe aportar recursos para ayudarnos a mantener una vida decente, pero se ha convertido en una vulnerabilidad para tener una vida saludable debido a la creciente precariedad en nuestras modalidades laborales en esta sociedad cada vez más desigual. Las personas con posiciones sociales vulnerables cargan desproporcionadamente con estas consecuencias para la salud", argumenta la doctora.

Para elaborar la investigación, Han y su equipo utilizaron datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud de 1979, que incluye datos de más de 7.000 personas de los Estados Unidos durante 30 años. A través de esa información buscaron patrones concluyentes. Los datos más sorprendentes se observaron entre las personas que tuvieron horarios estables cuando estaban en la veintena y pasaron a tener turnos de tarde, noche y horas que variaban a lo largo de la semana a los 30: el deterioro de su salud a partir de los 50 años fue "más significativo" que el del resto de los segmentos de la muestra.

Han también encontró tendencias raciales y relacionadas con el género. Por ejemplo, los estadounidenses de raza negra tenían más probabilidades de tener horarios de trabajo volátiles y, en consecuencia, una salud más deficiente.