Consejos prácticos

Adiós a la humedad y a la condensación que se cuela por las ventas: la cucharada que debes poner en el centro

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Adiós a la humedad y a la condensación que se cuela por las ventas: la cucharada que debes poner en el centro

Adiós a la humedad y a la condensación que se cuela por las ventas: la cucharada que debes poner en el centro / MARÍA GONZÁLEZ FALCÓ

Pedro G. Cuesta

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Cuando las precipitaciones son intensas, se produce la acumulación de aire húmedo en el interior de la casa, generando una difícil eliminación posterior. Este fenómeno se replica en las regiones costeras durante el verano, donde el calor excesivo provoca la evaporación del agua del mar, saturando el aire y dificultando la respiración. Lo mismo ocurre en entornos rurales con abundante vegetación, ya que los árboles liberan vapor de agua, volviendo el ambiente más denso.

Pero también pasa en zonas rodeadas de agua (ríos, pantanos...) o playeras. O, lo que es lo mismo, en casi toda España, un país con dos archipiélagos y peninsular, es decir, rodeado de mar por casi todos sus costados.

Poner el aire acondicionado permite reducir la temperatura interior, pero no siempre logra reducir la humedad de manera significativa, ya que este problema no está estrictamente relacionado con la temperatura, sino con la concentración de vapor de agua en el ambiente. Además, en invierno es inviable esta opción.

Máximo un 50%

Para garantizar una respiración adecuada, es crucial mantener la humedad del aire dentro de un rango aceptable, generalmente alrededor del 50%.

Abordemos también la problemática de la condensación en las ventanas, un inconveniente que comúnmente asociamos con el invierno, pero que persiste también en primavera. La condensación se manifiesta cuando el aire interior cargado de humedad entra en contacto con superficies frías, generando tanto condensación en película como en gotas. En el caso de la condensación en gotas, el vapor se transforma en pequeñas gotas que suelen depositarse sobre cristales y espejos.

Para contrarrestar la humedad de manera inmediata, resulta crucial ventilar adecuadamente las habitaciones, permitiendo que el vapor escape al exterior. La incorporación de deshumidificadores también puede ser de gran utilidad. No obstante, surge la pregunta: ¿cómo librarse de las gotas que, inevitablemente, dejan tras de sí halos y manchas de cal?

Limpieza de cristales

Para prevenir la condensación en nuestras ventanas, adoptamos un método eficaz que comienza con una limpieza exhaustiva de los cristales utilizando alcohol o un detergente especial. Luego, preparamos una solución casera combinando dos cucharadas soperas de jabón líquido, como el de Marsella o el de vajilla, con un litro de agua, a la que agregamos una cucharadita de glicerina líquida y removemos hasta obtener una mezcla homogénea.

Empapamos un paño de microfibra en esta solución, asegurándonos de escurrirlo adecuadamente, y procedemos a limpiar todo el cristal. Esta mezcla se revela como una solución efectiva cada vez que se forman gotas en la superficie de los cristales. Notaremos que las gotas desaparecerán instantáneamente, dejando el cristal no solo seco, sino también con un brillo excepcional. Este enfoque garantiza ventanas sin condensación y con un aspecto impecable.