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Cuidado: el sistema que se puede romper de tanto abrir y cerrar la lavadora

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Detalle de una lavadora

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Las lavadoras son electrodomésticos que cuentan con un sistema complejo, pero que pese a todo facilitan tareas domésticas y ahorran mucho tiempo a sus usuarios. El constante uso que se hace de estas máquinas puede deteriorar piezas indispensables para su correcto funcionamiento, como el pestillo de la puerta, que asegura el cierre adecuado y sin riesgo de apertura durante el centrifugado, o los tubos de entrada y salida de agua a lo largo de los programas de lavado.

Por esta razón, vídeos como los que comparte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), asociación sin ánimo de lucro que da respuesta a muchas de las inquietudes que se presentan al detectar cualquier desperfecto en aparatos de este tipo, pueden ser realmente útiles para conseguir repararlos o sustituir las piezas afectadas.

Pestillo de la puerta

De tanto abrir y cerrar la puerta de la lavadora antes o después de cada lavado, este puede terminar por romperse o no asegurar un correcto aislamiento que evite fugas de agua. Por ello, la OCU muestra el simple proceso de sustitución de la bisagra, pieza normalmente afectada en estos casos. Cabe destacar que, tal como indica la organización, todo dependerá del modelo del electrodoméstico, ya que existen determinados fabricantes cuyas reparaciones solamente se pueden llevar a cabo en sus respectivos talleres.

En caso de disponer de las herramientas y habilidades necesarias, los usuarios podrán reparar el pestillo por su propia cuenta. Antes que nada, por precaución se deberá desenchufar el aparato. A continuación, bastará con cambiar el resorte, sin necesidad de reemplazar la puerta entera. Para ello, se desenroscan los tornillos de la bisagra y se retiran tanto la puerta como la manija, con tal de sustituir la pieza afectada por una nueva y recolocar cada parte en sus sitio.

Tubos de entrada y desagüe

Otro problema frecuente en las lavadoras son las fugas de agua causadas por desperfectos en los tubos de entrada y desagüe. En el caso de los primeros, la reparación será más simple y, por tanto, podrá realizarse sin necesidad de contactar con un profesional. Primero, se debe cerrar el grifo y servirse de una palangana o recipiente que evite pérdidas. Una vez completado este paso preventivo, se debe revisar si la válvula ubicada en la goma de entrada está dañada. Para sustituirla, con desenroscar la pieza y colocar otra nueva en su lugar bien apretada se solucionarán las fugas.

Cabe destacar que las gomas de salida suelen sufrir más desgaste debido al agua caliente que se expulsa tras cada lavado. En estos casos, la opción más razonable pasa por contactar con un técnico especializado, ya que el proceso de abrir la lavadora resulta más complicado.