La regla de 3-4-3 para saber si un yogur es saludable

Las neveras de los supermercados cada vez muestran más variedad de yogures: decenas de sabores, con o sin lactosa, con leche vegetal, desnatados, sin azúcares... Se ha convertido en una tarea complicada elegir una tipología entre tantos, y todavía más, si queremos que nuestra elección sea saludable.

La publicidad puede ser engañosa, y por eso poco debemos fiarnos de las promesas que hacen las diferentes cadenas de lácteos: "sin azúcares añadidos", "ideal para mantener la línea" o "perfecto para hacer la digestión", son algunas de las frases que llevan años repitiéndose en los eslóganes y que han calado en nuestro imaginario.

Por eso, la técnica del 3-4-3 es una de las alternativas que podemos tomar para saber si de verdad un yogur es saludable o no, más allá de los que nos prometan. Como explica la nutricionista Boticaria García en el programa de La 2 'Órbita Laika', la tabla nutricional es la carta magna con la que debemos guiarnos.

Saber si un yogur es saludable o no es tan fácil como comprobar que cumpla con unas proporciones en su etiqueta: debe tener un máximo de 3% de grasas, 4% de azúcar y 3% de proteínas.

Un yogur que cumpla estas proporciones o que se acerque a ellas puede considerarse saludable. Boticaria explica que eso hace que sea un buen yogur porque lleva las cantidades justas y necesarias de cada valor nutricional.

Teniendo esto en cuenta, la nutricionista asegura que debemos tomar consciencia de que al yogur saludable no debe añadirse azúcares luego en nuestra casa. "A las bacterias malas les encanta el azúcar", insiste.