Misterios del universo

¿Quién es Avi Loeb, el científico que cree en los extraterrestres?

Extraterrestres: un científico desvela qué ocurrirá en los próximos días

¿Nos han visitado los extraterrestres?

¿Una gigantesca nave nodriza alienígena vigila al Sistema Solar?

Dr. Avi Loeb

Dr. Avi Loeb / Youtube

Gisela Boada

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La presencia de extraterrestres ha suscitado el interés de toda la población mundial de todos los tiempos. Durante años, el interrogante sobre la posibilidad de que exista vida más allá de lo que conocemos, ha inspirado a directores de cine, novelistas y creadores de videojuegos. Aun cuando parece simplemente esto: una teoría que solo cobra vida en el mundo virtual, existe al menos una mente prodigiosa (o quizás más) que respalda la teoría sobre la existencia de extraterrestres.

Su nombre es Dr. Avi Loeb (1962). Nacido en Israel pero residente en Estados Unidos, es astrofísico y profesor de astronomía en la Universidad de Harvard, centro de donde también es el Director del Proyecto Galileo, un grupo de investigadores que trata de establecer obervatorios de código abierto en todo el mundo para buscar signos de vida extraterrestre.

Su carrera profesional es impecable: físico, doctor en astrofísica e investigador en algunos de los centros más importantes del mundo. En la actualidad, es considerado uno de los científicos más brillantes y con más contribución significativa al entendimiento del universo.

La existencia de extraterrestres: su principal objeto de estudio

Entre sus centenares de artículos publicados presenta un acercamiento a la exploración espacial y a la posibilidad de que exista vida extraterrestre. Esta es su principal tesis de estudio, que recoge en forma de libro "Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth" (Extraterrestre: La primera señal de vida inteligente más allá de la Tierra), publicado en 2021.

En este libro, Loeb argumenta que el objeto interestelar Oumuamua fue una nave espacial alienígena.Este fue el primer objeto interestelar observado en el sistema solar, y de hecho, nunca más se ha vuelto a ver un objeto no identificado así de cerca.

Oumuamua fue descubierto por un telescopio en Hawái en 2017. Se observó que tenía unas dimensiones de 100 metros y un ancho de 30 metros, y en ese momento se comentó la posibilidad de que fuera una roca cubierta de hielo.

Tras hacer un seguimiento del objeto no identificado, se vio que se movió a través del sistema solar a una velocidad de 26 kilómetros por segundo. En 2018 salió del sistema solar y no se ha vuelto a ver desde entonces.

Su existencia confirma que pueden existir otros sistemas solares fuera del nuestro, pero como apunta el Dr. Avi Loeb, también ha abierto la posibilidad de que haya vida extraterrestre, aunque no es una teoría tan respaldada.

Expedición al océano pacífico

Su nuevo objetivo es reabrir la investigación sobre el meteorito IM1, un asteroide cuyos restos cayeron en el Océano Pacífico en 2014. Loeb ahora quiere recuperar más fragmentos del asteroide porque cree que se trata de restos de un artefacto artificial, es decir, una nave alienígena que en algún momento explotó en el Sistema Solar.

Por eso, a principios de julio inició una expedición hacia la zona donde impactó el asteroide, cerca de la Isla de Papúa (Nueva Guinea)para buscar más muestras, junto a su equipo científico. De acuerdo a un artículo publicado en el medio británico 'The Independent', su equipo encontró en la zona investigada unas 50 esférulas pequeñas, que son una especie de "perlas" de hasta siete milímetros de colores "llamativos", que usará de muestras para su investigación, según ha explicado él mismo a The Sun.

Naturaleza artificial

El astrofísico está convencido de que las características del IM1 responden a una naturaleza artificial. Su composición es una aleación de acero y titanio, una combinación que no se ha encontrado antes en las rocas espaciales que han impacto en nuestro planeta. Loeb lo confirmó en 2019, después de revisar el catálogo de código abierto de la NASA, donde se encuentran todas las rocas espaciales irregulares detectadas alrededor de la Tierra. Del total de las 272 rocas registradas, el IM1 era el fragmento más duro.

También llama la atención de su equipo la alta velocidad a la que viajó el IM1, un 95% más rápido que las estrellas cercanas. Su forma plana también deja interrogantes sobre su procedencia: Loeb cree podría tratarse de restos de un objeto tecnológico formado por capas superficiales desprendidas que experimentó una tensión material extrema. No se destruyó ni se derritió por la bola de fuego, como pasa con los meteoritos de hierro, formando restos esféricos.

Todas estas afirmaciones, y sus avances en las evidencias científicas respecto al tema de la vida extraterrestre se recogen en su nuevo libro, a punto de publicarse, bajo el nombre 'Interstellar, The Search for Extraterrestrial Life and Our Future in the Stars' (Interstellar, la búsqueda de vida extraterrestre y nuestro futuro en las estrellas).

Loeb sostiene que el hecho de que hayan impactado objetos como el IM1 y hayamos observado objetos no identificados como el Oumuamua, son evidencias de que hay, como mínimo, basura espacial. La misma que nosotros estamos enviando al espacio a través de expediciones, y que, de aquí muchos años, podrían impactar en otros planetas. Por eso cree que estos objetos pueden ser basura espacial que nuestros supuestos "vecinos alienígenas" dejaron por el espacio durante su paso de vida útil en el universo.

Críticas de la comunidad científica

Pese a no ser una teoría aceptada por la mayoría de la comunidad científica, es cierto que sus estudios han ayudado a conocer mejor la realidad del Universo. Gracias a científicos como él, se sigue investigando la posibilidad de vida más allá de lo conocido, pero muchos miembros de la comunidad científica son críticos con sus teorías por "ser sensacionalistas" y "contaminar la buena ciencia", tal como apunta Steve Desch, un astrofísico de la Universidad Estatal de Arizona